Diario de León

| Reportaje | Entresijos de la ciencia |

El grave murmullo del agujero negro

Los científicos aseguran que este fenómeno vibra en el espacio causando en las masas de gas que le rodean ondulaciones similares a las que nuestra voz produce en el aire

Publicado por
Marcos Pérez - redacción
León

Creado:

Actualizado:

Cuentan los astronautas que lo único que se oye cuando uno flota en el espacio es el silencio absoluto, interrumpido sólo por el latido del propio corazón. Fuera de la atmósfera terrestre no hay aire que pueda transportar las ondas sonoras, de modo que el ruido simplemente no existe por más que las películas nos hayan acostumbrado al fragor de las batallas espaciales. Por eso resulta sorprendente que en medio de todo este silencio se haya detectado un agujero negro que vibra causando en las masas de gas que le rodean ondulaciones similares a las que nuestra voz produce en el aire. El sonido que emite este agujero negro ya se ha identificado como el más grave jamás detectado en el universo. Se trata de un «Si» (la misma nota con la que empieza la melodía de «Garota de Ipanema») sólo que 57 octavas más bajo que el tono de voz medio de una persona. Un imaginario piano que llegase hasta el profundísimo sonido de las ondas que emite este agujero negro tendría 716 teclas y la longitud de ocho pianos normales. A pesar de que las vibraciones que produce este agujero negro en el gas que le rodea pueden considerarse un auténtico sonido, nosotros no podemos escucharlo porque, al contrario de lo que ocurre con la luz, las ondas sonoras son incapaces de viajar por el espacio vacío. Con todo, si existiese un medio material capaz de transmitirlo, sería demasiado grave para nuestro oído: mil billones de veces más grave que el sonido más profundo que puede detectar nuestro sistema auditivo. Las estrellas no se encuentran desparramadas uniformemente por el espacio, sino que se juntan en grupos de miles de millones formando galaxias como la Vía Láctea. A su vez, las galaxias tienden a agruparse en formaciones cuyo tamaño oscila entre las varias decenas de miembros de nuestro Grupo Local o las mil galaxias que integran el gran cúmulo de Perseo, en cuyo centro se encuentra el agujero negro que protagoniza la noticia de hoy. El Cúmulo de Perseo está tan lejos de nosotros que la luz que ahora nos llega desde sus estrellas partió de allí hace 250 millones de años, antes de que en la Tierra comenzase la era de los dinosaurios. Los límites de nuestro oído Nuestro oído es capaz de captar vibraciones en el aire o sonidos caracterizados por una longitud de onda (la distancia entre dos «picos» o dos «valles» de la onda) de entre 8 y 33 cm. Las ondas más cortas resultan demasiado agudas para nosotros, y las más largas demasiado graves. El agujero negro de nuestra noticia provoca ondulaciones en el gas de su entorno cuya distancia entre picos consecutivos es de 36.000 años luz, lo que supone la tercera parte del diámetro que tiene nuestra galaxia.

tracking