Diario de León

A hectárea por cabeza

La finca de Bustillo, que fue un referente para la mejora genética de la cabaña ganadera de León, diversificará la actividad agropecuaria en una extensión superior al millón de metros cuadrados

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L. Urdiales - león
León

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Los límites de la finca de Bustillo del Páramo, antes que verse, se atisban. Con 110 hectáreas de por medio, en los terrenos cedidos por las juntas vecinales de la Milla y Bustillo del Páramo se asienta el núcleo de referencia de la raza parda de la provincia leonesa. Fue su fin principal y su fin actual, a expensas de nuevos campos de cultivo aún por llegar. Entre naves se apilan rollos de heno, silos de maíz molido, paja; todo en régimen autárquico, producciones forrajeras que permiten el autoconsumo en la alimentación del ganado, sin descartar la venta -esporádica- de algunas cantidades excedentarias (cebada, maíz en grano o hierba). No está lejos el tiempo en el que se experimentó con un sistema automatizado de ceba de los animales. Tampoco áquel en el que los ganaderos criadores de la parda alpina recurrían a la finca provincial para obtener machos definidos genéticamente que pasaban el verano en los puertos, en ciclos históricos de renovación de la cabaña bovina leonesa. El demandante pagaba el peso perdido por el semental a su regreso a la estabulación. El mismo tiempo dejó raquíticos estos fines; la inseminación acabó con el proceso tanto como la caída libre del censo de cabezas de ganador bovino en la provincia de León. Aún así, el proyecto no se ve caducado a pesar de parámetros que sonrojarían a cualquier ganadero leonés. La finca de Bustillo, que en los próximos meses cambiará alguna hectárea de forraje por oleaginosas u otras de cereal por surcos ordenados de pimientos, es un compendio ordenado. Más de 130 cabezas de ganado estructuradas en función de un proceso productivo que no hace más que proteger una línea genética, un filón que supera con creces las expectativas de los ganaderos de la provincia. El censo clasifica más de ochenta madres, 20 machos y un recrío superior a 30 cabezas. El control veterinario por parte de los profesionales de la Diputación es exhaustivo. Ahora que se aproxima la apertura a nuevas formas de apoyo al campo leonés, la visita oficial de los responsables políticos de la Diputación de León vino a reconocer el legado de la finca.

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