| Reportaje | Aprender a través del juego |
Los mejores amigos de la huerta
Varios alumnos del colegio La Granja aprenden la importancia de valores como la convivencia o el respeto a los demás a través de juegos que fomentan la imaginación
Varios niños del colegio público La Granja aprenden, durante una hora a la semana, la importancia de algunos valores como son la convivencia o el respeto al resto de personas gracias al programa «En la huerta con mis amigos» que ha sido posible gracias a un convenio suscrito entre la asociación Deporte y Vida y el Plan Municipal sobre Drogas del Ayuntamiento de León. Se trata también de una excelente forma de prevenir a los niños de lo perjudicial que resultan algunos hábitos como el alcohol o el tabaco, a la vez que les ayuda a ser más responsables. Este programa ya se desarrolló con éxito el año pasado en tres centros leoneses y se ha continuada desarrollando durante el presente curso, además de en La Granja, en La Palomera y en Camino del Norte. Según cuenta María del Carmen Alonso, una de las educadoras de Deporte y Vida, los niños de La Granja trabajan sobre uno de los 18 cuentos que componen el programa y que tratan temas que afectan normalmente a los escolares. «También depende mucho del problema que presente cada grupo, por ejemplo, si tienen problemas para compartir, trabajamos con uno de los cuentos que se centren en este valor», aclara María del Carmen. Hortalizas como protagonistas Los protagonistas de los citados cuentos son hortalizas y tienen los mismos problemas cotidianos que los niños, lo que ayuda también a que los pequeños expresen de forma más natural aquello que les preocupa. «Entre todos -comenta la educadora- tratamos de buscar o proponer soluciones a los problemas que tienen estas hortalizas». Maria del Carmen comenta que, a través de lo que relatan los cuentos, los pequeños realizan dibujos, murales, se disfrazan o trabajan con diversos materiales como la plastilina o el cartón o, a veces, simplemente hablan y dan a conocer su punto de vista y razonarlo ante los compañeros. La aceptación de esta actividad entre los escolares ha sido muy buena, pues de los 21 niños y niñas que se apuntaron el año pasado, la cifra ha ascendido hasta los 43 de el presente curso. «Se nota que los niños vienen muy contentos a esta actividad», asegura María del Carmen, un aspecto que ayuda a que los escolares participen con entusiasmo. Uno de los aspectos que más llama la atención es que, por lo general, las niñas, según las apreciaciones de los monitores, son más tranquilas y tienden más al diálogo que los niños, con lo que las clases resultan más distendidas y amenas, mientras que a los niños les cuesta más manifestar sus opiniones al resto de sus compañeros.