Profundidad de banquillo

LAS OPINIONES se interpretan. No se pueden calificar como verdaderas o falsas. Sólo se pueden confrontar con otras opiniones, siempre que cumplan con un requisito previo: que los juicios se que se emitan partan de premisas ciertas. La edición de ayer de Diario de León publicaba la opinión de su director, Fernando Aller. Bajo el título El debate político copia de la telebasura , se me atribuía en el artículo haber otorgado «una baja cualificación intelectual y profesional a las tres nuevas concejalas del PP». Bien, esto no es así. Jamás los concejales del Grupo Socialista en el Ayuntamiento de León hemos aludido a la formación académica o la aptitud profesional de un rival. Hemos cuestionado su peso político. El Partido Popular en el consistorio leonés, en el que está representado con una docena de concejales, ha visto cómo tres de los representantes elegidos por los leoneses y las leonesas han renunciado a sus actas. Dos independientes, Manuel Martínez y Marina Lamelas, y su portavoz en Urbanismo y, hasta hace poco, responsable de Infraestructuras en la Ejecutiva Provincial del PP, Cecilio Vallejo, abandonaron la corporación. Todos ellos iban en puestos de salida en la lista con la que los populares concurrieron a las elecciones. Han sido sustituidos por tres personas que ocupaban posiciones que habían rechazado con despecho antiguos concejales. Por simple lógica, cuando se elabora una lista se procura que obtengan un acta las personas políticamente más capaces, en las que se confía que aporten más al proyecto que se plantea a la ciudadanía. Una de cada cuatro personas que fueron elegidas por el Partido Popular como concejales del Ayuntamiento de León se ha marchado. Eso implica una pérdida de capital político evidente. Si Mario Amilivia antepuso en una lista a Cecilio Vallejo, Marina Lamelas y Manuel Martínez a Cristina Gómez, Teresa González y Sonia Alonso sería por algo. No tengo al señor Amilivia por loco o ingenuo. Eso es lo que hemos dicho los concejales socialistas en el Ayuntamiento de León. Cuando tres titulares no juegan, cualquier equipo se resiente. Los leoneses y las leonesas no merecen depender de la profundidad de banquillo.