El tratamiento, la mejor solución

En el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad (TDAH) se observa una dificultad del niño o niña en los procesos de atención que se manifiesta por no acabar las cosas que empieza, dar sensación de que no escucha, distraerse con facilidad y tener dificultades para concentrarse, tanto en tareas que exigen atención como en juegos prolongados. Asimismo, se observa un exceso de actividad que le provoca dificultades para estarse quieto en un sitio y una gran fragilidad para enfrascarse en situaciones peligrosas. Los síntomas de impulsividad le hacen actuar antes de pensar, pasar con bastante frecuencia de una actividad a otra, no ser capaz de esperar el turno en juegos y tener dificultades para organizarse en trabajos o actividades, lo que le provoca pérdidas constantes de objetos y materiales. Alenhi explica que, una vez diagnosticado el TDA-H, el tratamiento farmacológico va a intentar que el niño se apacigüe. En España sólo existe uno aprobado por el Ministerio de Sanidad, que es el metilfenidato, que actúa sobre las partes del cerebro que controlan la impulsividad y la atención. Hay que partir de la base de que el tratamiento debe ser personalizado y adaptado a cada necesidad, ya que todos los casos son diferentes. Además, hay que enseñar a los niños a concentrarse y planificarse, así como a ser más ordenados.