La Constitución Europea pone a salvo la libertad de pensamiento

Siguiendo nuestro repaso de la Constitución Europea, analizaremos en este número del Diario de la Escuela otro de sus artículos, en esta ocasión, el que se refiere a la libertad de pensamiento. El artículo (a.II-70) Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y religión. Este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, a través del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos. Se reconoce el derecho a la objeción de conciencia de acuerdo con las leyes nacionales que regulen su ejercicio. En definitiva, este artículo hace referencia a la protección de las personas cualquiera que sea su ideología o religión. Además, todos tenemos derecho a expresar nuestros pensamientos en público sin que tengamos que ser castigados o recriminados por ello. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión y pensamiento. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o de forma impresa o artística o por cualquier otro procedimiento que elija cada una de las personas. La actualidad Sin embargo, en la actualidad son muchas las manifestaciones de intolerancia y discriminación por motivos de religión, algo que ha denunciado en varias ocasiones la Organización de Naciones Unidas (ONU). Estas intolerancias generan actos de violencia, intimidación y coerción motivados por las diferencias de religiones. La ONU denuncia que estas situaciones se producen en muchas las partes del mundo y amenazan el disfrute de los derechos humanos y de las libertades fundamentales que tenemos todas las personas. Además, entre los derechos violados por motivos religiosos, la ONU denuncia que se encuentra el derecho a la vida, el derecho a la integridad física y a la libertad y seguridad de la persona. Es decir, que como consecuencia de tener una religión diferente cuando la mayoría de la gente de su alrededor profesa otra distinta, ha habido personas que han perdido la vida, algo que viola claramente nuestros derechos. Para que estas cosas no ocurran, cada estado debe asegurarse de que sus ciudadanos estén protegidos a este respecto mediante leyes que castiguen a aquellas personas que no las cumplan. Y la futura Constitución Europea contempla este aspecto a todas las personas de los países que la adopten.