Un viaje a ninguna parte

María José Zapico tendría a estas alturas 31 años. Y lo más normal es que ya dispusiera de su título de auxiliar administrativo. El 19 de agosto de 1993, un asesinato sin esclarecer acabó con su vida, cuando tenía solamente 19. Trabajadora de una empresa de seguros, la fallecida apareció en el maletero de su coche, con signos de haber sido asfixiada con un pañuelo, antes de que, supuestamente el propio autor de los hechos, prendiera fuego al coche en el que se la encontró. Fue en la prolongación del Paseo de Salamanca de la capital. El archivo provisional de este sumario quedaba revocado en noviembre de 1999, seis años después, a la espera de que se tuviese algún indicio o prueba suficiente para abrir nuevas vías de investigación por lo que el sumario completo quedó archivado en la sede judicial para su posible reapertura, que ahora se solicita. Antes, en agosto de 1998, la familia de la joven, solicitó de forma infructuosa un informe psiquiátrico de un sospechoso al que estos días apunta de nuevo la presumible acusación particular, pero de forma oficiosa, por el momento. «Existen pruebas circunstanciales que incriminan a una persona pero ninguna concluyente» redactó en sus testimonios el ministerio fiscal. Hoy, el caso duerme en los archivos. Puede que desde mañana, no.