Diario de León

Subió al trono tras la muerte de su hermano García I, que no había dejado descendencia

Ordoño II, el rey luchador más importante de la historia leonesa

Muchos expertos le consideran como el verdadero creador del Reino de León

Su castigo fue subir una enorme roca a lo alto de una montaña durante toda la eternidad

Su castigo fue subir una enorme roca a lo alto de una montaña durante toda la eternidad

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Ana Gil - león
León

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Ordoño II es uno de los personajes leoneses más conocidos y de mayor trascendencia en nuestra ciudad. Por ello repasaremos, a grandes rasgos, la vida de este rey al que algunos llamaban «el guerrero insigne» y otros «rey luchador». Muchos estudiosos consideran a Ordoño como el verdadero fundador del Reino de León. El rey García I, hermano de Ordoño II, trasladó su Corte de Asturias a León y murió tres años más tarde, por lo que su hermano fue el siguiente en subir al trono ya que no tenía descendencia. Si bien la época de García I no sobresalió en ningún aspecto, los expertos aseguran que el reinado de su hermano fue espléndido. Su familia Los padres de Ordoño II fueron el rey de Asturias, Alfonso III, y Jimena de Navarra, matrimonio celebrado el año 869. Ordoño II nació el año 883 y en principio fue rey de Galicia entre los años 910 y 914. Al morir su hermano García I sin dejar hijos, le hereda Ordoño, con cuya proclamación se juntan ambos reinos con el de Asturias, formando una sola unidad. Al poco de ser coronado en León, su actividad fue incesante en la lucha contra el moro para extender el reino cristiano. Dicen los cronistas que era hombre de grandes iniciativas, prudente y previsor, lleno de templanza y generosidad en el gobierno, amante de la justicia y bondadoso con los pobres, Sus experiencias le proporcionaron muchos triunfos gloriosos en los primeros años de su reinado. Gran luchador Este rey leonés consiguió sembrar primero el desconcierto entre las filas árabes y luego atacarlas con furor para destruirlas en la encarnizada lucha. León, testigo de este triunfo tan memorable, participó de la gloria de su soberano, pues aquí confirmó la Corte, abandonó el título de rey de Asturias para tomar el de rey de León y considerando que la pequeña catedral (que tenía su asiento pontifical en la iglesia de San Pedro extramuros) no era digna de su Corte, hizo donación de su propio palacio para construir otra nueva en honor de la Virgen María. Se cuenta entre los entendidos de la cultura leonesa que este palacio de Ordoño II era un espacioso edifico de tres naves, levantado para gimnasio y casa de baños durante la dominación romana, y de tan buenas proporciones, que pocas obras fueron necesarias para convertirle en hermosísimo templo, lo que dio principio a nuestra magnifica iglesia catedral Una historia marcada por la guerra Diez años duró el reinado de Ordoño II, desde el 914 al 924. El año 892 se casó con Elvira Munia; en 922 con Argonta y en 923 con Sancha de Navarra, según se cuenta en la web El baúl de la cultura leonesa. Pero la historia del monarca leonés está marcada por la guerra. El año 918 leoneses y navarros avanzan por La Rioja, conquistando Calahorra, Arnedo y la fortaleza de Viguera. Al año siguiente contesta el moro cordobés enviando una expedición sobre León sin mayores resultados. Y el mes de julio del 920 pasó por Guadalajara, Medinaceli y Osma. Guerras y luchas incesantes. Ordoño II tiene que ir luego en socorro de don García rey de Navarra, peleando los dos reyes con valor en la reñida y sangrienta batalla de Valdejunquera. Fue entonces cuando la culpa de la derrota cayó sobre los condes de Castilla que, si avisados con oportunidad, llegaron tarde al lugar del combate, o se negaron a la asistencia como señores feudatarios del rey de León, lo que dio lugar a un sangriento episodio. Todavía en el verano del 921 combatió con denuedo a los moros por tierras cordobesas; que hizo concebir a Ordoño II nuevos planes militares aliados ( Navarra y León) contra la morisma. Pero murió en la primavera del año 924 siendo enterrado en la Catedral, donde puede verse en la girola su sepulcro, situado detrás del altar mayor. Se cuenta que éste leonés fue un rey justo y piadoso y un gran benefactor, ya que hizo multitud de donaciones.

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