Esparcimientus lubricus VII

Fue un pleno de seguimiento. El PP siguió al PSOE en sus reivindicación para instalar Microsoft en León -pero por otra carretera-; los socialistas siguieron a los populares en su ruego de eliminar el preámbulo de la moción de la Memoria Histórica; De Francisco siguió la senda de la UPL para abandonar el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua -que alguno pensó que estaba en Villalar-... Y hasta un paisano siguió a Amilivia al servicio y volvió con él, en una escapada para aliviar 3 horas de sesión, ansioso por trasladar sus quejas y sin conceder privacidad a las necesidades mingitorias del primer edil. No perdió ni siquiera la sonrisa en ese momento, en una mañana en la que Amilivia se arrancó por rumbas. «Yo a ustedes les llamo la oposición de los Pacos: Paco Fernández, Paco Gutiérrez, Paco Álvarez... como aquella canción que decía Paco, Paco, Paco». Como iba de risas, Chamorro no perdió la oportunidad de felicitar al alcalde por ser admirador de Torrente -por aquello de agasajar al portavoz de la UPL con el calificativo del «brazo tonto del PSOE»-, ni de regodearse con sus dotes adivinatorias con Alfonso Ordóñez -por aventurar el nombre de la gerente del Auditorio diez días antes-. E incluso tras el recuento de votos del alcalde en la moción perdida, desde los bancos de su izquierda se escuchó: «Se siente». Menos gracia hubo en el debate sobre la calle 28 de junio: «Habrá que hacer una consulta popular, porque la calle es de todos», dijo Saurina, que debe escuchar el último disco de Estopa. Mientras, De Francisco aderezaba cada moción para que estuviera a su gusto: «Vuelvo a ser alternativo, que es mi destino». Ya insistían Uderzo y Goscinnny en que «estos romanos están locos», pero a los dibujantes de las aventuras de Asterix y Obelix se les olvidó constatar que las legiones tenían «lugares de esparcimiento lúbrico», que es el rumor que Jesús María Cantalapiedra - con la espalda rota- anunció que circula sobre el presunto uso de los restos hallados junto al cuartel general de la Legio VII. «Así se fundó la ciudad», murmuró la plebe.