Fuego en el alma, hielo en los pies

Más de 5.000 personas se dieron cita ayer en el León Arena para presenciar uno de los espectáculos más mágicos de los últimos tiempos en la ciudad. Fantasy on ice cautivó a un público enfervorizado que demostró gran sensibilidad y respeto a los deportistas de élite que dieron, sin duda, lo mejor de si mismos. Durante más de dos horas los espectadores quedaron enganchados en un mundo de belleza absoluta, en el que el tiempo, el movimiento, la luz y el color bailaron al unísono. Los patinadores, todos ellos europeos, olímpicos y campeones del mundo, ejecutaron sus ejercicios con total precisión y sincronismo, piruetas imposibles, velocidades de vértigo y hermosas danzas, acompañados en todo momento por música en directo de una banda de Pop rock. Cuerpos perfectos que aparentaban un ligero esfuerzo, a pesar de la tensión tónica de sus músculos, que llegan a soportar fuerzas máximas. Sin duda se trata del espectáculo de patinaje sobre hielo más importante del mundo, fuera de EE.UU. es el único que presenta un elenco de patinadores de primer nivel mundial, compuesto exclusivamente por campeones del mundo y de Europa como Victor Petrenko, Oksana Kazakova, Elena Sokolova o Alexei Urmanov. Es la primera vez que se presenta en España este tipo de formato para un evento deportivo y la aceptación tanto en León como en Salamanca, únicas ciudades en las que esta fantástica compañía va a realizar su espectáculo, ha sido plenamente satisfactoria, «Estamos muy contentos con el resultado y volveremos a repetirlo el año que viene porque es de gran calidad» aseguró el responsable de producción de este tipo de eventos en el León Arena desde el 2003, José Luis Pérez. Un espectáculo de esta categoría supone una inversión similar a un concierto de rock importante, es necesario alquilar una pista de hielo de 800 metros cuadrados, sonido y luces con la potencia adecuada y una banda en directo, «que sin duda contribuye a dar un toque de calidad», más de 50 personas entre patinadores, músicos, entrenadores y técnicos de sonido e iluminación dieron como resultado una composición impactante. El público participó de forma activa desde el principio y los aplausos interminables y ensordecedores inundaron el recinto tras la ejecución de cada ejercicio. Casi 120 minutos de ritmo trepidante que en ningún momento disminuyó su intensidad y que terminó con un bonito y cuidado ejercicio en el que participaron todos los deportistas de la compañía en perfecto sincronismo, y donde el público de León demostró que supo apreciar la gran categoría y esfuerzo de todos ellos.