La energía solar será obligatoria en nuevos edificios y rehabilitaciones

La entrada en vigor del protocolo de Kioto -al margen de la retórica condescendiente con las organizaciones agrupadas bajo el término verdes - ha empujado a las administraciones a buscar fórmulas para la implantación general de las energías renovables. Al aire de esta máxima, el Ayuntamiento de León obligará a las nuevas edificaciones, a las reformas y las rehabilitaciones integrales, y a los cambios de uso de la totalidad de los edificios a que instalen sistemas de captación de energía solar; siempre que se traten de edificios residenciales con más de 15 viviendas o de edificaciones para otros usos en los que se prevea un volumen de consumo de agua caliente sanitaria superior a 1.750 litros diarios de media anual. La medida, que persigue disminuir el uso para fines energéticos de los combustibles fósiles, entrará en vigor antes del verano, cuando se apruebe la ordenanza municipal, y obligará a que las instalaciones solares térmicas proporcionen un aporte mínimo del 60% de la energía necesaria para satisfacer la demanda energética anual de agua caliente sanitaria. A partir de la implantación de la exigencia de edificabilidad disminuirán considerablemente las emisiones de CO2 y otros gases derivados de la combustión en las calderas, algo que se espera que repercuta en una mejora de la calidad de vida de los ciudadanos leoneses. Los servicios técnicos municipales han marcado tres grupos en los que se exime la obligatoriedad de la instalación: los conjuntos históricos y monumentales -ciudad antigua, San Marcos, San Juan o San Pedro de Renueva-; los edificios o conjuntos incluidos en el Plan Especial del Conjunto Urbano de León; y todos los casos en los que no sea posible cubrir un 25% de la demanda; así como en casos particulares en los que la estructura o las condiciones generales desestimen su idoneidad. A punto de cerrar todos los condicionantes, el Ayuntamiento estudia ahora una línea de ayudas, con carácter anual y renovable, para aliviar los costes derivados de la implantación de los sistemas de energía solar en los edificios.