Una larga negociación

El cambio de uso del suelo que ocupa Oblanca en el 2001 inició una larga polémica que concluirá cinco años después. Junio del 2001 Aprobada la primera modificación urbanística del área industrial de Oblanca. El PSOE se queda sólo. La UPL valora la operación en tres millones de euros y lo califica de «pelotazo urbanístico». El PP propone que Oblanca se quede donde está e invierta en un filtro que acabe con los malos olores. El alcalde dice que su actividad es insalubre y nociva para los vecinos. Septiembre del 2001 Se aprueba, con la abstención de la oposición, la modificació de las normas subsidiarias para el traslado de Oblanca. Entonces el alcalde de San Andrés asegura que existen estudios de los servicios técnicos de la Junta que califican de peligrosas las emisiones de la fábrica. Se baraja la posibilidad de que la fábrica se quede en una zona industrial del municipio. Junio del 2002 La Junta exige, para recalificar los terrenos, que la empresa instale el nuevo matadero en el municipio. Noviembre del 2002 El Pleno da el visto bueno a la modificación puntual del área de Oblanca, un trámite que conlleva la clasificación de suelo urbano consolidado con una densidad máxima de 100 viviendas por hectárea. En el 2003 Comercial Oblanca no llega a un acuerdo con el Ayuntamiento para instalarse en terrenos de San Andrés y compra una parcela en el polígono industrial de Onzonilla para poner en marcha la nueva fábrica. Son más de 24.000 metros cuadrados. Septiembre del 2004 Nuevas movilizaciones de los vecinos de la zona. El Ayuntamiento se compromete a vigilar especialmente la actividad de la empresa. La UPL denuncia que hace tres años que debería haberse hecho efectivo el traslado. Diciembre del 2004 La Junta concede a Oblanca una subvención de 2,1 millones de euros para las obras de las nuevas instalaciones en el polígono de Onzonilla. El Ejecutivo cubre una cuarta parte de la inversión total.