Los colores de la basura
El modelo de gestión integral de los residuos se basa en la recogida selectiva en los propios domicilios, para lo que es imprescindible la colaboración de todos los ciudadanos
La entrada en funcionamiento del Centro de Tratamiento de Residuos de San Román de la Vega ha supuesto la puesta en marcha de un nuevo modelo de gestión de los residuos urbanos en la provincia que se basa en la separación de la basura en las casas en dos bolsas diferenciadas (envases, por un lado, y materia orgánica, por otro), algo que se hace por primera vez en la provincia de León; la recogida selectiva de otros residuos como el papel, el cartón o el vidrio; el tratamiento de los residuos en instalaciones de recuperación, la valorización de la materia orgánica mediante técnicas de compostaje y la eliminación de los materiales que no se puedan recuprar. Con la gestión integral se potencia y amplia la recogida selectiva de papel, cartón y vidrio en nuevos contenedores específicos, de forma que los leoneses disponen de una vía de reciclaje. Así, se han establecido los denominados Puntos Limpios para ofrecer a los ciudadanos la posibilidad de depositar ciertos residuos que para sus características deben recibir un tratamiento específico. Entre este grupo están los muebles o enseres que no deben mezclarse con las pilas, baterias o pinturas. Para conseguir una mayor eficacia ambiental del sistema, a un coste razonable, la provincia se ha dividido en nueve grandes Áreas de Gestión que agrupan a varias mancomunidades o ayutamientos de forma que se facilitan las operaciones básicas de recogida y transporte de los residuos sólidos urbanos. Para lograr mayor eficacia del sistema se ha dotado a cada una de estas áreas de las infraestructuras necesarias tales como contenedores para la recogida específico de papel y cartón, vidrio y envases así como de otros materiales susceptibles de reciclaje. También se ha instalado una estación de transferencia y un punto limpio en cada área de gestión mientras que las dos mayores, León y Ponferrada, cuentan con plantas de clasificación de envases, además de una línea específica en el CTR, donde se separan y clasifican los distintos tipos de materiales de los envases. La mayor infraestructura es el propio CTR, un complejo medioambiental en el que se tratan los componentes orgánicos de los residuos que se generan en la provincia y en la que se eliminan los que no son recuperables. Los objetivos Con este modelo se potencia la reducción, la recuperación y el reciclaje de los materiales orgánicos contenidos en los residuos urbanos, con especial atención a la materia orgánica y a los envases. Entre los objetivos de este sistema destacan reducir la cantidad y la peligrosidad de los residuos urbanos, apoyar la reutilización de los envases, recuperar los materiales reciclables contenidos en las bolsas de basura, valorizar la materia orgánica contenida en los residuos mediante técnicas de compostaje en túneles y biometanización, eliminar, de forma segura y controlada, todos los residuos organos no reciclables, contribuir a una acción conjunta de sensibilización ciudadana mediante programas de educación ambiental y desarrollar un marco financiero estable de modo que estén integrados todas las entidades locales, para quienes gestionar la basura supone un coste excepcional, muchas veces, difícil de asumir. Una de las novedades más importantes de este sistema de gestión está dirigida a los ciudadanos y es que su contribución es fundamental para facilitar el reciclaje de las basuras. De este modo, los leoneses pueden contribuir a la recogida selectiva de los residuos mediante la combinación de dos opciones, la sepración domiciliaria en doble bolsa y la entrega voluntaria en contenedores específicos de algunos componentes de los residuos tales como papel y cartón, vidrio, textio, pilar o acumuladores, entre otros. En los domicilios La separación domiciliaria es la clasificación que realizan los propios ciudadanos en sus hogares. De este modo, los leoneses deben utilizar una primera bolsa que depositarán en el contenedor verde y que contendrá los denominados residuos compostables, es decir, aquella materia orgánica que, pasado un proceso, dará lugar a abono. En la segunda bolsa, que se tirará en los contenedores amarillos, estará llena de materiales como plásticos, metales o brik.