Otras fórmulas son posibles
Las fórmulas pergeñadas para solucionar los problemas de vivienda han sido de lo más variadas y originales. Todas tienen su parte de razón y su parte de dificultad. Entre las más ambiciosas en los últimos años destaca la propuesta que realizó el Ayuntamiento a colectivos como la asociación comercial León Gótico, integrada en la Confederación Nacional de Asociaciones de Comerciantes de Cascos Históricos, siguiendo el ejemplo de un proyecto que está dando resultados positivos en Barcelona. La propuesta parte de una realidad evidente en el casco antiguo de León: la mayor parte de las viviendas son muy antiguas, grandes, enormemente deterioradas y habitadas a menudo por una sola persona de edad avanzada, que ni puede afrontar las reformas ni pagar alquileres mayores que aquellos de renta antigua. El convenio entre colectivos e instituciones proponía rehabilitar estas viviendas, dividirlas en dos, conceder una de ellas al inquilino original y ceder la otra a un joven. El resultado supondría matar tres pájaros de un tiro: rehabilitar el deteriorado casco histórico, mejorar el nivel de vida de los ancianos y facilitar el acceso a la vivienda de los jovenes. Y, de paso, dinamizar la vida comercial y cotidiana de estos barrios con la presencia de jóvenes vecinos. Es complicado, pero en otras ciudades funciona. Hace falta voluntad, claro.