La Junta gestionará la caza en otras seis mil hectáreas de León

La Junta de Castilla y León ya ha formalizado la conversión de siete montes públicos de León, (antes propiedad del Estado y ahora de la administración autonómica) en zonas de caza controlada. Mediante esta figura administrativa, los responsables del área de medio ambiente del gobierno autónomo acentuarán la gestión en la actividad de esta media docena de territorios dispersos por los valles de Cea, Valdellorma y Torío, además de dos parajes en los municipios de Brazuelo y Priaranza del Bierzo. La modificación legal, que va a afectar directamente en la explotación de los recursos cinegéticos de las zonas afectadas, se aplicará a más de seis mil hectáreas repartidas entre los montes Pardemillera, Río Camba, Bosque del Almirante, Dehesa de Valsemana, Dehesa de Corrales, Pinar de Valdepuercos y Ferradillo. La consejería de Medio Ambiente fue promotora única de la declaración de zonas controladas de caza al considerar que estos montes leoneses pueden ser objeto de un aprovechamiento cinegético ordenado que posibilitaría el disfrute de la caza de forma compatible con el resto de usos actuales y con los criterios de gestión que siempre han dominado en estos espacios naturales. Se da la circunstancia de que en la relación de montes que gozarán de nueva clasificación en la actividad de la caza se encuentra el que rodea a la dehesa de Valsemana (1.000 hectáreas), una finca que en las últimas décadas se utiliza como centro de recuperación para animales salvajes, antes centro experimental cuando la gestión ambiental era competencia de la administración del Estado; o la de Corrales, con 719 hectáreas, que tienen actividad ganadera adjudicada desde hace un puñado de años por la Junta a una empresa que se dedica a la producción de carne de vacuno. Estos usos no son incompatibles con los de la caza. La Junta tutelará y administrará a partir de ahora cualquier iniciativa dirigida a la actividad cinegética dentro de estos siete montes en los que organizará de una forma, más o menos similar a las que se producen en las reservas: habrá cupos para cazadores locales (si es que los montes afectados pertenecen a juntas vecinales o ayuntamientos), para provinciales, nacionales o extranjeros. El provecho de los recursos se optimizará más a partir de ahora, según prevé la Junta. Esta distinción se ha extendido en los últimos años en las distintas autonomías que ven en la fórmula un incremento de ingresos por recursos de caza y que han experimentado aumentos considerables en la demanda de acciones, (recechos o reclamos) además de registrar aumentos espectaculares en el número de permisos concedidos.