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| Los finalistas | Concurso de Redacción |

Carta de protesta al ser humano

Publicado por
Alma Alonso Marcos I.E.S. Lancia
León

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Estimado ser humano: Me complace informarle que un servidor es el presidente de un gran y orgulloso sindicado que de un tiempo a esta parte se viene sintiendo un poco oprimido por ustedes. Verán, el motivo de mi protesta es que en mis tiempos de juventud, bueno más bien de niñez, porque quiero retroceder a la época en la que nací, el lugar donde yo vivía era un amplio bosque lleno de vida y verdor dondequiera que mirase. Pues bien, no me he trasladado nunca de ese lugar y debo decir que últimamente ha perdido parte de su encanto natural y quiero indicar que como mi pacífica comunidad no ha sido la responsable, no queda otra que hayan sido ustedes; de hecho, tenemos constancia de que algunos de los citados daños han sido causados por sus acciones. Veamos, yo me precio de ser concienzudo y como tal, me gusta averiguar todo lo posible de aquellas cosas que me son desconocidas. Resulta que un buen día, uno de esos tan estupendos del verano, llegó a mi nariz un olor un tanto desagradable que jamás había notado. Quise saber a qué podía deberse así que consulté algunos libros de mi biblioteca personal y descubrí que ese horrible olor venía acompañado de una no menos desagradable visión: unas terribles lenguas rojas y anaranjadas que se iban comiendo mi querido hogar y a algunos de mis mejores amigos iban avanzando a lo largo del terreno. El diccionario lo definía como fuego, pero bueno, eso no viene al caso porque, con nombre o sin él, es peligroso de todas maneras. Otra cosa que hemos notado, es que parece ser que nuestro lugar de vivienda es para su especie un vertedero donde dejar todo lo que no les sirve. Respecto a esto, yo le pregunto: ¿le gustaría a usted que yo entrase en su casa y en medio de su salón tirase cualquier desperdicio? ¿A que no? Pues entonces les pido por favor que dejen esta aberrante costumbre porque mis convecinos y yo estamos empezando a hartarnos de esta situación. Me parece estupendo que disfruten del fantástico aire del que gozamos en mi hogar, pero no se aprovechen tanto, ¡¡que esos desperdicios nos hacen daño!! Ahora me dispongo a hablar de lo que, bajo mi punto de vista, es lo más sanguinario que hacen con nosotros. Cuando yo nací, estaba rodeado de multitud de seres como yo que con el paso del tiempo se fueron convirtiendo en mis mejores amigos y algunos de ellos incluso, en mi familia. Bueno, pues da la casualidad que he visto cómo muchos de esos amigos y familiares morían sin yo poder hacer nada por evitarlo, oía sus gritos y veía cómo se retorcían de dolor sin ser capaces de hacer frente a su agresor. Esta cruel acción es una forma de intentar someternos a un poder al que no estamos dispuestos a obedecer, ya que, al igual que ustedes tienen reconocidos derechos y libertades, también nosotros tenemos los nuestros y creo que como mínimo merecemos que sean respetados. He de decir que han desarrollado una costumbre que veo sensata, aún pareciéndome, sin intención de ofender, que ese adjetivo aplicado al ser humano es inverosímil, ya que por lo que he podido comprobar hacen de todo con tal de sacar provecho del modo que sea sin importarles el resto de criaturas terrestres. Bueno, esa costumbre es la que, según tengo entendido, ustedes llaman reciclaje. Por muy sensata que sea esa costumbre, no acaba de compensar todos los daños que, a pesar de todo, continúan haciéndonos a mí y a mi gente. Mire le voy a ser sincero, no pensaba poner lo que voy a decirle, pero todo este asunto ha logrado sacarme de mis casillas, y eso que puedo presumir de ser alguien muy paciente: al principio el desarrollo del ser humano tenía mi total apoyo, pero como he podido observar que el hombre ha llegado a ser lo que es pisoteando a los demás, he llegado incluso a creer que, aunque son la única especie considerada racional, son la que menos se para a pensar en lo privilegiada que es por tener este magnífico lugar para vivir. Pero es obvio que no lo saben porque, de hacerlo, no se dedicarían a destruirla continuamente movidos por el egoísmo y la ambición. Como ya os dijimos, han sido muchísimos los trabajos que han llegado a la redacción de Diario de León y no podemos seleccionarlos todos. Ha sido una decisión difícil dada la calidad de vuestras redacciones

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