Solamente Soria mejoró los registros leoneses; Valladolid se llevó la palma en denuncias
León fue la segunda provincia en la comunidad con menos multas de radar
Sólo 483 de los casi 38.000 vehículos sometidos a control superaban el límite de velocidad
Los conductores de la provincia de León integran el segundo colectivo provincial menos multado de la comunidad autónoma a la conclusión de la campaña «La carretera no es un circuito» que puso en marcha la DGT el pasado 11 de abril y concluyó el pasado domingo, por la que fueron controlados con el radar 37.448 vehículos, de los que fueron sancionados solamente 483, que suponen el 1,29%. El objetivo de la campaña era vigilar la velocidad de los vehículos en las principales autopistas y autovías del país, para concienciar a los conductores de la necesidad de respetar los límites para evitar los accidentes de tráfico o, en su defecto, minimizar las consecuencias. Soria fue la provincia con mejor comportamiento en la carretera, tantos en cifras absolutas como en las relativas y Burgos presentó el peor registro comparativo proporcional. La provincia donde se registraron más denuncias fue Valladolid, pero también fue la demarcación en la que se realizó un mayor número de controles. El delegado del Gobierno en Castilla y León, Miguel Alejo, valora muy positivamente esta campaña, como un paso más para conseguir que cada día los viajes por carretera y la utilización del automóvil sean más seguros. Más colaboración En este sentido destacó que la colaboración de los conductores es primordial para conseguir una circulación con garantías y en ese objetivo se inscriben las campañas puestas en marcha por la Dirección General de Tráfico, como la de los cinturones de seguridad, la del control de alcoholemia la del uso de los teléfonos móviles o esta del control de la velocidad. «La carretera no es un circuito» era una campaña auspiciada por datos de la DGT, según los cuales, reducir en cinco kilómetros por hora la velocidad en carretera podría ocasionar 11.000 muertos menos en toda Europa, como señal inequívoca de la importancia que tiene este aspecto en la conducción, sólo superado en causas de muerte por la ingesta de alcohol.