Dos meses de negociación que acaban en ninguna parte

La dirección de Antibióticos recuerda en su comunicado que en la reunión mantenida con el comité de empresa el 1 de marzo se confirmó la «gravísima situación económica» de la empresa, «similar a la que sufren otras empresas españolas y europeas del sector químico y textil»; por lo que se anunció la intención de vender la factoría leonesa «por un importe muy contenido». La intención era esperar tres semanas a que se presentase una oferta que estuviese de acuerdo con estas condiciones. Según los responsables de Antibióticos, ya entonces se anunció que si el periodo de tiempo fijado transcurría «infructuosamente», «gestionaría la crisis según su propio convencimiento, esto es, con una suspensión temporal de empleo de una duración de dos años para cerca de 200 trabajadores; y con un plan industrial que conjuntamente con al posible evolución favorable de los precios de las penicilinas en los mercados internacionales habría podido permitir el reingreso de los trabajadores en suspensión». La empresa critica que el comité no haya tenido nunca confianza en los accionistas, pese a la advertencia de que la única solución era la venta a otro empresario; y que se negó en rotundo a aceptar «todas las maneras posibles de suspensión temporal de empleo». Una posición intransigente que, en opinión de la compañía, ha hecho replantear la medida y proponer una extinción definitiva de los empleos que el grupo considera ahora insostenibles.