| Reportaje | Fervor en la montaña |
«Viva san Froilán y las tierras del Curueño»
El obispo de León destacó la herencia piadosa del santo patrono de la diócesis leonesa en una jornada que este año permitió la meteorología
Esta vez el tiempo fue respetuoso con el programa que acompaña anualmente a la peregrinación a la ermita dedicada a san Froilán, en el alto Curueño, de fieles del santo patrono de la diócesis de León o feligreses de los pueblos del entorno que cada 1 de mayo acuden a Valdorria. Se completó la escalada a los riscos que protegen el altar a base de superar tantos escalones como días hay en un año y hubo misa de campaña, que ofició, como estaba previsto, el obispo de León, Julián López. El prelado cerró el acto religioso con una arenga a los feligreses, no sin recordar la ocasión de lograr la indulgencia con una peregrinación a la ermita del santo o a la iglesia parroquial, en el marco de la celebración del Año Jubilar diocesano y mariano. «¡Que viva san Froilán y que vivan las tierras del Curueño!», exclamó el obispo leonés al cierre de la eucaristía, que aplicó a la memoria de gestos y bondades que marcaron la vida del santo honrado por cientos de devotos en la explanada cercana a la escalinata de la ermita montañesa. No hubo inclemencia meteorológica, ni imprevisto como el último de la nieve que obligó a recibir la imagen del santo en la iglesia de Valdorria; tampoco el apadrinamiento ya abandonado desde hace unos años por el clamor popular que quiso despejar cualquier señal política de la fiesta popular y religiosa. Esta dio paso a la primera según el programa oficial, cuando la empanada y la morcilla reclamó a los romeros. Valdorria volvió a trasladar la rogativa a san Froilán, «para que evite las tempestades» dijo a modo de resumen uno de los lugareños al tratar de explicar el significado de la peregrinación. Así será el próximo año; así, desde tiempo inmemorial.