Diario de León

Microbombardeo contra los miomas

El servicio de Radiología Intervencionista del Hospital de León ha efectuado en tres años treinta y dos embolizaciones de miomas uterinos, una técnica sólo aplicada en diez centros

Los doctores Víctor Magadán y Óscar Balboa en las instalaciones de la unidad de Radiología

Los doctores Víctor Magadán y Óscar Balboa en las instalaciones de la unidad de Radiología

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R. Martín - león
León

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Una de cada tres mujeres mayores de 35 años desarrolla un mioma, un tumor benigno en el útero que, no obstante, genera molestos, dolorosos y, en ocasiones, graves síntomas. Desde hace tres años, el Servicio de Radiología Intervencionista, gracias a la colaboración de ginecólogos y anestesiológos, está llevando a cabo una moderna técnica, más sencilla y menos cruenta, para acabar con ellos. El servicio es uno de los pocos de España donde se efectúa la embolización de los miomas uterinos sintomáticos, una intervención que permite reducir los efectos secundarios sobre la paciente y acortar a menos de la mitad el tiempo de recuperación. En los tres últimos años, los doctores Victor Magadán Álvarez y Óscar Balboa Arregui, responsables de la unidad de radiología vascular intervencionista, han realizado 32 embolizaciones de miomas y entre sus pacientes figuran varias mujeres llegadas de otras provincias para quienes el Hospital de León se ha convertido en centro de referencia. La técnica se aplica internacionalmente desde 1995, apenas una decena de hospitales del país la realizan y pocos superan la cifra de pacientes tratados en León. En el Hospital de León es un tratamiento multidisciplinar en el que además de los Radiólogos Vasculares colaboran los Ginecólogos (diagnóstico y seguimiento) y los Anestesistas (sedación y control del dolor). El doctor Óscar Balboa, adjunto del servicio, destaca que se trata de una posibilidad terapéutica que ofrece una alternativa a la histerectomía (eliminación del útero) o a la miomectomía, cirugía más conservadora en la que se eliminan los miomas intentando preservar el útero. Algo muy importante ya que la existencia de miomas sangrantes o dolorosos está detrás de una de cada tres intervenciones para la extirpación del útero que se hacen en España. Rápida, sencilla y económica Frente a estas técnicas quirúrgicas, la embolización ofrece como ventajas la posibilidad de que la paciente vuelva a su vida normal en un plazo de diez a quince días cuando en el caso de una intervención quirúrgica se dilata hasta un mes, la permanencia en el centro sanitario no ha de demorarse más de 24 o 48 horas, además el procedimiento no requiere anestesia general sino una sedación leve, con las ventajas que ello conlleva en mujeres con otras patologías asociadas, y dura apenas una hora en su realización. Las embolizaciones están especialmente indicadas en pacientes mayores de 30 años de edad, con miomas no mayores de 10 a 12 centímetros, que quieren conservar el útero y generalmente no desean tener más hijos. Es una técnica mínimamente invasiva, basada en una punción percutánea en la ingle por la que se introduce un catéter menor de 1 milímetro de diámetro desde la arteria femoral a la arteria uterina, que es la que irriga el mioma; a través de la cánula entra el agente embolizante, unas esferas acrílicas de gelatina inerte y estéril de un diámetro de 700 u 800 micras que taponan los vasos que irrigan el mioma preservando la vascularización del resto del útero que, por lo tanto, queda totalmente viable. El mioma, de este modo, se necrosa, disminuye de tamaño a partir de las cuatro semanas de su embolización y se reduce hasta un 70% en seis meses, lo que hace que desaparezca la clínica, es decir los síntomas negativos que genera. Esta mejoría se consigue en un 80-95% de los casos en seguimientos a 5 años. Habitualmente, tras el procedimiento, la paciente tiene dolores que suelen durar dos o tres días, y precisan analgesia potente que es pautada por el anestesista. Los seguimientos se efectúan con controles por el ginecólogo al mes, los tres, seis y 12 meses. Las complicaciones de este procedimiento son menores a las de la cirugía convencional, pero pueden aparecer infecciones uterinas (en León no se ha registrado ningún caso), hematomas en la ingle, reacciones alérgicas o desprendimiento del mioma que obligue a su resección quirúrgica. Bajos efectos Los doctores Balboa y Magadán subrayan que la embolización es, ante todo, una «técnica muy interesante, efectiva y con bajo riesgo para la paciente». Asimismo, la técnica es económicamente muy rentable ya que a su bajo coste hay que unir la reducción de los reingresos hospitalarios y el tiempo de baja laboral más corto. Por último, siempre queda la posibilidad de cirugía si, en caso muy extraño, la embolización falla. En el 90% de los casos se consigue bloquear la irrigación sanguínea del mioma con una sola sesión de embolización.

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