Diario de León

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Pablo Vázquez Jiménez I.E.S. Giner de los Ríos 4º ESO 1397124194 1397124194 Laura Renedo Rodríguez
León

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Javi, un guarda forestal del norte de España tiene la tarea de controlar y vigilar una gran zona de bosque. Javi está preocupado, pues no solo vigila a los animales y las plantas de ese lugar sino que también vela por su estado y comprueba con tristeza y preocupación que los árboles están enfermos. Han perdido hojas sin ser el momento de su caída, y unos cuantos parecen estar muertos. Así que Javi decide recoger este material (hojas secas, ramas muertas, etcétera) y llevarlo hasta los laboratorios responsables de la consejería de Medio Ambiente. Esta consejería al analizar los materiales y determinar las causas ha escrito el informe correspondiente: «Árboles afectados por infecciones originadas por parásitos. Hojas muertas por efecto de la caída directa de la lluvia ácida sobre ellas. Se observa que las hojas no presentan la cubierta de cera protectora, lo que ha aumentado el riesgo de ataques de hongos, insectos y otras platas». A Javi lo de la «lluvia ácida» le ha cogido por sorpresa, ha oído hablar de ella como casi todo el mundo pero no sabe muy bien lo que es ni que efectos tiene. Así que decide informarse al respecto: La lluvia ácida es una lluvia con un PH menor que la lluvia normal, es decir, es más ácida. Se genera, normalmente, en las nubes altas donde el SO2 y el NOx, expulsados a la atmósfera por medio de los humos de las calefacciones, centrales térmicas, etcétera, se unen con el agua y el oxígeno formando una solución diluida de ácido sulfúrico y ácido nítrico y mediante la lluvia, la nieve, la niebla y otras precipitaciones arrastran estos contaminantes a las partes bajas de la atmósfera sobre las hojas de las plantas y provocando entre otros los problemas de la muerte de los bosques. Javi, ve desconsolado cómo lentamente van muriendo no sólo los bosques, también otras especies que viven en el agua de la zona y también ve cómo esta lluvia deteriora los edificios y los monumentos. ¿Pero y qué se puede hacer? No se trata de cambiar nuestras formas de vida de una manera brusca para solucionar este problema pues eso sería casi imposible pero sí de pequeñas costumbres y hábitos que debemos ir tomando para que esto no vaya a más. Algunos consejos para disminuir el número de emisiones: - No coger el coche cuando no sea necesario y en cambio usar los transportes públicos más a menudo. - Apagar los aparatos del hogar (televisión, radio, ordenador...). Las redacciones que nos han llegado para participar en el Concurso de Redacción de Diario de la Escuela son una buena lección para ponerse manos a la obra y cuidar nuestro medio ambiente. ¡Nunca es tarde!

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