Diario de León

Huyendo del monte

Los animales, debilitados y desorientados, fueron a morir en muchos casos a calles y establos

León

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El espectáculo que contemplaron los pocos habitantes que quedan en la montaña y resisten todo el invierno fue dantesco. «Bajaban hasta las casas y en las calles del pueblo se murieron algunos», explica un vecino de Portilla de la Reina. En Maraña dos venados lograron cobijarse en un establo, como si hubieran buscado un lugar un poco más cálido sólo para morirse. «Dicen que es un animal muy flojo», comenta un vecino de La Uña al referirse a las elevadas bajas de ciervos en la zona, aunque sorprendido porque «con menos nieve que aquí, murieron más ejemplares más abajo». Una combinación de frío y hambre se aliaron en contra de la naturaleza de estos animales que «fuera del alma, son como nosotros», indica Ceferino Valbuena. Los técnicos de la Junta explican, a mayores, que los animales estuvieron mojados por la nieve desde el dos de noviembre, aunque las nevadas más fuertes se registraron a partir de Navidad. Para los machos, añaden, noviembre es un mes crítico porque salen del celo y están debilitados. «No se pudo hacer nada por ellos porque la hierba que les echaron no la comían y se te acercas a ellos se asustan», explica un vecino de Portilla de la Reina. La nevada fue apoteósica -«no se recuerda una igual en quince años por lo menos»- pero no es la primera ni será la última. Lo único que esperan, concejos y administración, es que no se repita el año próximo para que las poblaciones no queden diezmadas y la actividad cinegética no se resienta.

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