| Reportaje | Nunca es tarde |
El tiempo de la revancha
Un total de 17 mujeres de Bercianos del Páramo han decidido comenzar a estudiar después de haber trabajado muchos años; la mayor tiene 77 años, la más joven, 28
Las alumnas de estos cursos especiales asisten a una de sus clases en Bercianos del Páramo
La mayoría de las 17 mujeres del aula de adultos de Bercianos del Páramo, en León, dejaron la escuela a los 12 años para trabajar en el campo. Era una época en la que sobrevivir era lo importante y dos manos eran más importantes que saber geografía o historia. Codo a codo con sus padres primero y sus maridos después, han sacado adelante a sus familias, con el esfuerzo de un oficio duro, el de agricultor. Más de 50 años después, se han tomado la revancha. Ahora acuden cada jueves y viernes a una pequeña sala en el Ayuntamiento del pueblo, a volver a aprender lo que dejaron pendiente hace tanto tiempo. Matemáticas, arte, talleres de escritura o conocimiento del medio son sólo alguna de las materias que su profesor, Luis Pérez, imparte en estas clases, que dependen del Aula de adultos de Santa María del Páramo y que están organizadas desde la Diputación de León. Se trata de una iniciativa que surgió de ellas mismas, a través de su Asociación, que formaron hace más de diez años con el fin de reunirse y convivir en este tipo de iniciativas. Desde ella organizan, además, otras muchas actividades, como cursos de encaje de bolillos o gimnasia. Un día, y conociendo que las clases para adultos ya se llevaban a cabo en otras muchas localidades de toda la provincia, a unas cuantas se les ocurrió pedirle a su alcaldesa que solicitara, además, unas clases a las que acuden puntuales y en la que sus dudas se convierten en razonamientos que ayudan a comprender el porqué de muchas cosas. Paciencia La mayor, Sagrario, que acaba de cumplir 77 años, explica que se trata de una gran experiencia. «Todas aprendemos mucho de Luis, que tiene mucha paciencia. Yo, que soy la mayor, sigo teniendo muchas ganas de venir a escuchar lo que nos explica y además, aquí nos vemos todas y no estamos todo el día en casa». «Lo que peor llevo son las matemáticas y lo que más me gusta es escuchar al profesor cuando nos habla de la historia, de los romanos o los griegos», explica la más veterana de esta clase. La más joven se llama Ana Teresa y tiene 28 años. Es brasileña y el amor la trajo hasta este pequeño pueblo leonés. En estas clases practica un español que ya domina.