Salamanca fue compensada con la mayor fábrica «bio» de toda Europa
La compensación por el cierre de la azucarera de Ebro en Salamanca se comenzará a percibir, incialmente, a finales de este año, cuando se empiecen a producir los primeros litos de bioetanol, un combustible ecológico con prima. La planta que se está levantando en la localidad charra de Babilafuente es la más importante de Europa. No en vano, cuando esté concluida Biocarburantes de Castilla y León -sociedad coparticipada a medias por Ebro Puleva y Abengoa- habrá invertido más de 178 millones de euros (unos 30.000 millones de pesetas). En algunos momentos, en la construcción de la factoría han trabajado más de 500 personas. 150 lo harán en plantilla ya el próximo año con posibilidad de que la nómina se amplíe en 80 puestos de trabajo más. Y 2.400 jornales agrarios Según los cálculos de la compañía promotora, la repercusión de esta fábrica de biocarburantes tendrá su impacto en 2.400 jornales en el sector agrario. Cuando se encuentre a pleno rendimiento, se estima una producción de 200 millones de litros de bioetanol al año, una capacidad que se encuentra muy por encima de los actuales límites de las plantas de Ecocarburantes en La Coruña (168 millones) y de Curtis en Cartagena (142 millones). La materia prima superará las 530.000 toneladas anuales, que llegarán en un centenar de camiones diario. El pago de Ebro a Salamanca se empezó a hacer efectivo el 15 de enero del 2003, cuando se inauguraron las primeras obras por parte del presidente de la Junta. Esta administración, a través de la sociedad pública Gesturcal, adquirió 54 hectáreas por algo más de un millón de euros, que después cedió en parte para que Ebro construyese la planta.