Por el camino de en medio

La petición por parte de la Asociación Española del Mastín a la Junta de la tenencia y llevanza del mastín encendió la polémica el pasado verano. En aquel momento este colectivo tenía su sede en Madrid, aunque ya planeaba trasladarla a Palencia para ubicarse en el ámbito de la comunidad y conseguir así la gestión del libro genealógico de esta raza. Una fuerte contestación política y social hizo frente a la intención de esta asociación, que acabó obligando a la Junta a garantizar que León sería la única y exclusiva sede del mastín en todo el país. Otros dos colectivos leoneses se sumaron a la petición de la llevanza, con lo que la situación se complicó aún más. Para no tener que tomar una decisión, desde la Consejería de Agricultura se pidió a las tres asociaciones que lograran un acuerdo y formaran una federación para controlar de forma conjunta la gestión del mastín. Al final, la polémica sigue abierta ante la falta de consenso de los criadores y la Junta ha optado por el camino de enmedio: una solución «salomónica» que permitirá a los tres colectivos contar con su propio libro. La institución no quiere entrar en batallas políticas ni regionales.