La red de falsificación de tarjetas suma 29 detenciones a la practicada en León

O.C.S. ciudadano español de 28 años, residente en Trobajo del Camino, pasó ayer a disposición judicial en el marco de la Operación Magneto, puesta en marcha por los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado en todo el país, tras las investigaciones llevadas a cabo para desmantelar una red acusada de falsificar tarjetas de crédito, que operaba supuestamente en el país y había empezado a ramificarse ya a Reino Unido, Irlanda y Rumanía. La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones, aunque de las tres posibles en un principio en León, solamente se ha concretado una. Como ya informó ayer este periódico, la Policía Judicial de la Guardia Civil cerró anteayer las investigaciones en torno a posibles implicados en una mafia dedicada presumiblemente a traficar con tarjetas, que clonaban a través de cajeros automáticos. Las copias salían a la venta en el mercado negro al precio de 1.200 euros y su uso fraudulento generó en todo este tiempo desfalcos milonarios, que todavía no se han podido cuantificar. En algunos casos, las tarjetas eran utilizadas en establecimientos conocidos como «puntos de connivencia», es decir, los propietarios o empleados desleales percibían una compensación económica por parte de la organización por la compra de productos, sabiendo de la falsedad de las tarjetas utilizadas para ello. A raíz de una denuncia Efectivos policiales recibieron una denuncia de una persona en la que comunicaba haber recibido varios cargos por compras en establecimientos de Gijón utilizando una tarjeta aparentemente falsificada. Posteriormente identificaron a un individuo que también fue investigado con anterioridad por unos hechos similares el pasado mes de noviembre. Seguidamente y tras la localización de una vivienda en Burgos que podría estar siendo utilizada como base de operaciones de la organización para la elaboración y distribución de las tarjetas, ambos cuerpos policiales coincidieron en sus investigaciones e iniciaron un operativo conjunto. Posteriormente, se pudo constatar que algunos de los implicados utilizaban las tarjetas clonadas con el fin de adquirir diversos objetos, como joyas, electrodomésticos, etc., en distintos establecimientos comerciales, para después comercializarlos a un precio por debajo de su valor, incluso en algunas ocasiones mediante el empleo de subastas en internet.