La nueva normativa europea penalizará el uso del sistema de riego tradicional

Figuras inéditas como la ecotasa van a incidir negativamente en la rentabilidad de los regadíos convencionales en la provincia de León que subsistan más allá de los próximos cinco años. Según se recoge en el borrador de condiciones de la nueva normativa europea que vendrá a regular el uso de agua en el riego, las penalizaciones serán progresivas en los casos que empleen más de seis mil metros cúbicos de agua por hectárea. En la actualidad, el gasto medio se estima en torno a los diez mil metros cúbicos. Las multas más bajas -de acuerdo con esa previsión para regular el uso correcto del agua- rondarán los seis euros por hectárea. Antes de que se aplique esa legislación será efectiva la condicionalidad, que regula la penalización por contaminantes de nítricos detectados en los controles de aguas de riego. Incumplir la norma, que controlará Medio Ambiente, supondrá penalizaciones del 30% en las ayudas de la PAC. Una reincidencia se pagará con penalizaciones del 100% de la ayuda. Los propietarios votan no Los dueños de las tierras que riega el canal de la margen izquierda del Porma, en los sectores 1 y 2, decidieron ayer oponerse a la modernización de regadíos (y a la reconcentración que se planificaba paralela a esta operación). La decisión contraviene la voluntad mostrada en sus día por la asamblea de regantes, que decidió, de forma mayoritaria, sumarse al convenio de renovación de riego propuesto por la Seiasa del Norte. El revés para el futuro de la agricultura competitiva de esta zona -que abarca más de 4.000 hectáreas de los municipios de Villasabariego, Mansilla, Mansilla Mayor, Santas Martas y Villanueva- se une a la negativa que también expresaron hace una semana los propietarios del tercer sector en la división de la mancomunidad. Algunos pueblos y regantes afectados por ese no (San Justo, Corbillos, Campo y Villavidel) negocian ahora adherirse al proceso de modernización que sí se va a realizar en las tierras más al sur.