Rechazo frontal a elevar las prejubilaciones hasta los 55 años

«Cierta mala intención» es lo que aprecian los sindicatos en la propuesta gubernamental de suprimir el programa generalizado de prejubilaciones, así como subir el corte de edad para dejar la actividad laboral de 52 a 55 años. «Un corte que supondría que durante tres años no habría prejubilaciones en el sector», explica Alberto González. En su opinión, los excedentes de plantilla seguirán realizándose mediante prejubilaciones, y los sindicatos se opondrán a otro sistemas más traumático. Además, dado que el propio Gobierno reconoce que es necesario un plan de recolocaciones (el descenso en las plantillas ha sido mayor que el fijado inicialmente y se considera insuficiente para mantener las explotaciones), los sindicatos propondrán un nuevo empleo por cada puesto desaparecido; y no como hasta ahora, cuatro empleos por cada once desaparecidos, que además no se ha cumplido. Según los datos ofrecidos por el secretario general de Energía, si se mantienen las prejubilaciones a los 52 años saldrían del sector 4.900 trabajadores hasta el 2012, y sería necesario contratar a 3.000 para mantener un nivel de actividad adecuado. Una situación que para las arcas públicas supondrían pagar dos veces por el mismo empleo. Los sindicatos defienden también que se defina qué sector se quiere mantener, porque el deterioro de las actuales condiciones laborales puede «convertirse en un polvorín».