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El Ayuntamiento compró dos ejemplares por 600 euros cada uno y no sabe qué hacer con ellos

Los mastines que la ciudad regaló a los Príncipes nunca llegaron a Zarzuela

Olmo tiene 15 meses y no podría ya vivir en el palacio y su compañera Encina falleció

Publicado por
Asun G. Puente - redacción
León

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Ya tiene quince meses y aunque el palacio de la Zarzuela le reclamara no podría a estas alturas formar parte del grupo de perros de la Familia Real. Olmo y Encina, que en vísperas de la boda de los ahora Príncipes de Asturias eran pequeños cachorros de mastín con sólo dos meses, fueron el regalo escogido por la ciudad para agasajar a los futuros herederos de la Corona con motivo de su enlace el 22 de mayo del 2004. Sin embargo, un año después los perros todavía no han salido de León: Olmo sigue en su criadero de Azadinos y Encina murió recientemente. El Ayuntamiento de León pagó a los propietarios de los ejemplares alrededor de 600 euros por cada uno, aunque el dueño del mastín que aún sigue vivo todavía desconoce cuál será el destino final de esto animal. La elección del regalo fue una decisión del anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento de la capital, integrado por socialistas y leonesistas. Precisamente, el encargado de realizar todas las gestiones para conseguir los perros fue el entonces concejal de Comercio, Consumo, Aguas y responsable del Mercado de Ganados, el veterinario Ramón Carrera. Asegura que tras comunicar a Zarzuela el regalo de León a los Príncipes, la Casa Real dijo a la institución municipal que de momento las perreras de la residencia de los Reyes estaban completas, pero explicaron también en la misiva que como los Príncipes de Asturias tendrían su propio hogar, éste contaría con dependencias para perros y sería el momento de que el Ayuntamiento enviara a Madrid a los mastines. «Nos dijeron que hasta que pudieran acomodarlos los perros quedaran bajo nuestra custodia y cuidados». Desde entonces el consistorio leonés ha cambiado de signo político y no se ha realizado por ahora ninguna otra gestión a este respecto. Otros cachorros El propietario de Olmo, Mario Alonso, subraya que en estos momentos ya es «totalmente inviable» que sea trasladado a otro lugar porque no se adaptaría. Así que si finalmente la Casa de los Príncipes de Asturias decide aceptar estos ejemplares, la Sociedad Canina Leonesa -encargada en aquel momento de gestionar este regalo- tendría que buscar otros cachorros adecuados como regalo. Olmo, de color arena, pesa con quince meses más de 70 kilos y procede de una casta de campeones. «Tiene buen carácter y es muy fuerte», indica su dueño, quien afirma que no acudirá con él a ningún concurso «por respeto al destino inicial de este mastín». Cree que, si nada cambia, al final se quedará a vivir con el resto de los veinte perros que tiene en su criadero de Azadinos. Encina, de aspecto atigrado, era hija de Tucana, una mastina guardiana de una ganadería a las afueras de Azadinos. Propiedad de Urbano Riesco estaba destinada a pasar los veranos con un rebaño en Babia y aunque su dueño llegó a decir que viviría como una reina en palacio, al final no ha viajado a Madrid. Un problema de salud acabó recientemente con su vida ante el disgusto de sus criadores. Riesco ya ha mostrado su intención de regalar otro cachorro a los Príncipes.