Los sindicatos exigen a Ebro que defina su postura sobre la OCM del azúcar

La representación sindical de los doscientos trabajadores vinculados con la fábrica azucarera de La Bañeza piden a los políticos que defiendan «con uñas y dientes» la continuidad de la industria después de la reforma de la OCM del azúcar, que se va a debatir a partir del 22 de junio. Así lo expuso ayer Francisco Fernández, presidente del comité de empresa de este centro de Ebro, el único que escapó en la provincia a las reconversiones que ha sufrido el sector remolachero. Fernández analiza la situación que derivará del nuevo documento de reestructuración - que en breve hará oficial la comisaria de Agricultura Marianne Fischer- en base a la información que ha trascendido de reuniones entre los representantes laborales, la empresa y el Ministerio de Agricultura. «Por lo que conocemos oficiosamente no debería de afectar a esta zona, donde se concentra un porcentaje muy elevado de la producción de remolacha en España. Por eso queremos saber qué piensa hacer la empresa». Ese es uno de los objetivos que persigue la reunión de intercentros de Ebro, que se va a celebrar mañana en Madrid y en la que participará Francisco Fernández como miembro de esta asamblea representativa. «Allí preguntaremos por dónde piensa salir la empresa ante estas ofertas para echar el cierre de las industrias que padecen baja rentabilidad; por lo que sabemos y hemos conocido de reuniones previas, a La Bañeza no tendría por qué afectarla, pero en estos casos y con la incertidumbre que pesa sobre el sector, nunca se sabe», resumió Fernández, que en contra de los augurios de crisis reivindicó «las 850.000 toneladas de derechos de remolacha que tiene León en la fábrica azucarera y la repercusión económica sobre miles de agricultores y 200 empleos vinculados directamente a la industria». El presidente del comité de la azucarera de La Bañeza recuerda que aún están pendientes de que se cumplan los compromisos adquiridos por la empresa y las administraciones para dotar de mejoras técnicas a la fábrica, como el punto cero de descarga. «Esta es una de nuestras reivindicaciones primordiales, para mejorar la competitividad de esta industria. No obstante, sobre todas nuestras exigencias pesa ahora la del mantenimiento de la producción, que la empresa no se doblegue a los incentivos de cierre». Francisco Fernández concluye que es necesaria la unión de agricultores, trabajadores, empresa y administraciones para que en La Bañeza no ocurra lo que en otras fábricas. «Mejor actuar ahora que recurrir más tarde a la pancarta», argumenta.