La llamada del verano

Siguiendo el calendario de los últimos años, el Ayuntamiento de la capital abrió ayer las piscinas municipales coincidiendo con el segundo fin de semana de junio. El intenso calor previo a las fiestas de San Juan, que viene siendo habitual en León de un tiempo a esta parte, ha obligado a la institución a adelantar la apertura de estas instalaciones para aliviar las altas temperaturas. Con termómetros que superaron en algunos momentos de la jornada los treinta grados, los más impacientes llegaron a las piscinas de Sáenz de Miera y La Palomera antes de su apertura a las 11.30. Llevaban días llamando para interesarse por la fecha de inicio de la temporada y ayer no esperaron mucho para darse el primer baño de la temporada. Alrededor de 500 personas se dieron cita en cada una de las dos instalaciones municipales durante este primer día, que contó sobre todo con pandillas de jóvenes amigos y familias con niños pequeños. «Había ansia de verano y eso se nota», señaló uno de los empleados de la piscina de Sáenz de Miera, quien aseguró que los primeros bañistas habían definido el estado del agua como «muy rica». Cuerpos todavía muy blancos no permitían lucir con todo su encanto los bikinis y bañadores con las últimas tendencias. Cremas de alta protección y frencuentes visitas a las duchas aliviaron el picor de un sol que a la hora de comer dio paso a una amenaza de tormenta, que finalmente no cuajó con el alivio de los primeros bañistas. Las piscinas municipales estarán abiertas de lunes a domingo de 11.30 a 21.00 horas durante todo el verano. De acuerdo a los responsables de las instalaciones, julio es el mes que cuenta con una mayor afluencia, frente a la última quincena de agosto cuando la merma de visitantes resulta considerable. Esta temporada los precios de las piscinas se han incrementado en diez céntimos. De este modo, las entradas para los niños de 4 a 12 años cuestan 0,90 euros, las de adultos 1,50 y con tarjeta dorada 0,75.