Empezaron por Alejo, terminaron por Villalba... y no hubo medallas

Y eso que la lista empezaba por Alejo y terminaba por Villalba. 131 ediles que han pasado uno tras otro por los sillones del salón de plenos de San Marcelo -así están- durante los años de la democracia, con más o menos enfrentamientos: «Morano y Villarig, Villarig y Polo, Pérez de Lera y Morano», recordó Mario Amilivia para citar su «altura moral, por encima de las circunstancias políticas». Intentaba hacer el verso el alcalde para convencer a la oposición, que se contentaba con mostrar su disentimiento pero no esperaba que invalidase el homenaje, convencida de que la mayoría simple sacaría adelante el punto. «Votos a favor: 14; votos en contra: 13. Se aprueba», propuso Amilivia, a quien no dio tiempo la secretaria del Ayuntamiento para acabar: «Me veo en la obligación de recordar que según el Reglamento hacen falta dos tercios de la corporación para aprobar estas condecoraciones». Así que no se aprobó. Antes, el primer edil ya había hecho su alegato: «No voy a polemizar. Cada uno es quien es. Voy de frente y por eso me he generado mucho amigos y también enemistades. Todos somos de León». Pero la copla leonesa le quedó más bien fado. A su manera, había intentado echar una mano Rodríguez de Francisco: «El PSOE es un partido excluyente; son nocivos para la legalidad democrática», acometió para recordar que le contemplan 22 años de mandato representativo, sin parangón en el resto de concejales. Todo giraba en torno a la cuestión de la legitimidad del pacto que sustenta la alcaldía del Ayuntamiento en estos momentos y Amilivia se sintió en la necesidad de mandar un aviso para navegantes: «Si es o no representativo es algo que se demostrará en las próximas elecciones. Esto nunca acaba». En la sala, algún asistente propuso que se cambiasen las medallas por pulseras de las que están de moda. No conocía a Gelina, quien vive en Paraíso Cantinas, y que el otro día le explicó al nieto de su vecina del 5º: «¿Para qué llevas eso amarillo?». «Es para el cáncer», replicó el rapaz. «Calla, anda, que eso es como aquellas que salieron para la reúma, que después no quitaban nada». Decoración y gestos.