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La negociación del mercado europeo del azúcar lleva la incertidumbre en la fábrica bañezana

Los trabajadores de Ebro ven motivos para la continuidad de la azucarera

La factoría leonesa «desaparecerá sólo si de deja de cultivar la remolacha En España»

Cordón y Abad posan delante de una explotación remolachera, en Hospital de Órbigo

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Alberto Domingo - la bañeza
León

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Las negociaciones para la reforma de la Organización Común del Mercado (OCM) del azúcar, han sembrado incertidumbre en la plantilla de la fábrica azucarera de Ebro en La Bañeza, según explican dos de sus empleados, Miguel Cordón y Jesús Abad, pero no se vive un ambiente de cierre. Cordón, de la sección de cultivos, y Abad, de contabilidad, han vivido los cierres de la azucarera de Veguellina y el segundo de ellos también vio cómo caía otra planta de producción en Granada. Aseguran que la inquietud es mayor entre los trabajadores de menos de 40 años, que entre los que ya suman una edad superior, ya que «de la misma manera que se ha dilatado el plan de reindustrialización, se prorrogará el plan de bajas incentivadas vigente en la actualidad» y que finaliza el próximo año. «Lo que está claro es que habrá un cambio importante, pero no vamos a empezar a poner vendas donde no hay aún heridas», señalan ambos, que creen que la factoría bañezana tiene posibilidades de sobrevivir a la nueva situación que se plantee. Cordón y Abad piensan que la fábrica de La Bañeza desaparecerá si se produce la situación de que en España desaparezca el cultivo de remolacha del país Abad, exponente de la tercera generación de una familia que ha vivido de la remolacha, considera que la bajada de precio del tubérculo que plantea Bruselas no significa que la producción vaya a abandonarse, sino que «el que no esté preparado para competir desaparecerá: no te echan del cine, pero tienes que pagar la entrada al precio que ellos estipulan», ejemplifica. La parte agrícola Los trabajadores consideran que «los agricultores de León se han profesionalizado para producir bien y barato y el problema con el que parece que se van a encontrar es que los beneficio por tonelada se reducen. La clave está en cómo se lo tomen, pero si sumamos el precio de la raíz a las ayudas, se mantiene la producción de León». A los precios que parece que saldrá la OCM -que parte, a su juicio, del axioma de que más del 40% de las ayudas de la Unión Europea se destinan a los agricultores, el 2% de su población- al agricultor le sale más rentable la remolacha que otro cultivo: «La superficie de las explotaciones es pequeña y el maíz y los cereales, que se proponen como alternativa, quedarían por debajo en rentabilidad al precio de la raíz más la ayuda». Y no sólo es que la remolacha, incluso con el recorte del precio, sea más rentable que otros cultivos, sino que, además, «hemos conseguido producciones de veinte toneladas de sacarosa por hectárea en los denominados Campo 20. Aun con estos precios, si un agricultor saca 90 toneladas de remolacha por hectárea, consigue unos beneficios aceptables». El abandono de la actividad propiciará que otros puedan ampliar la superficie que destinen al cultivo. Los empleados abogan por la unión de los agricultores, la industria y las organizaciones agrarias: Tenemos que apostar por el sector, porque nos va mucho en ello», señalan.