La defensa pide bajar la pena a dos años por un trastorno

La defensa solicita una condena de dos años y medio de prisión y expone que el motivo de que la relación finalizase fue una sospecha de infidelidad, confirmada cuando el imputado comprobó que su compañera sentimental se anunciaba en la sección de contactos de la prensa local. También refiere que fue objeto de provocaciones por parte de la víctima, que le manifestó que, la mujer que se encontraba en la cama del dormitorio principal era amiga suya y que eran «tortilleras», que iban a hacer el amor y que esperaban a un chulo para mantener relaciones con él, dicho mientras se quedaba en bragas y en sujetador. Entiende la defensa que el acusado sacó la navaja para que cesaran las provocaciones, momento en el que Gloria Palmira le lanzó el cristal circular de la mesita de noche, golpeándole con él. Presa de la ira, siempre según el relato fáctico de la defensa, empezaron los navajazos, sin precisar las zonas en las que se producía. Después cesó en su agresión «mandándola entrar en la vivienda, llamando al vecino colindante para que llamara a la Policía». Después, se habría entregado de forma voluntaria.