El fiscal archiva la denuncia por la venta del último reloj de la Catedral

La Junta de Castilla y León mantendrá por la vía administrativa la denuncia penal presentada el pasado 15 de abril ante la Audiencia Provincial de León, de acuerdo a la cual, se notificaba la aparición en una página web de un anuncio en el que se vendía por 15.000 euros la esfera del penúltimo reloj que lució la fachada principal de la Catedral, por si los hechos pudieran ser constitutivos de delito. El fiscal jefe de la Audiencia Provincial, Francisco Javier Amoedo, ha comunicado al gobierno territorial su decisión de archivar las diligencias abiertas en torno a este asunto, motivo por el que el servicio territorial de Cultura de la Junta, encabezado por Jaime Lobo, ha decidido acudir a la vía administrativa para no dar por cerrado el caso. Los hechos se remontan al pasado 13 de abril del 2005. Una dotación de la Policía Judicial de la Guardia Civil denunció a un anticuario de León por una supuesta infracción administrativa contra el patrimonio histórico español, al encontrar en la página web de su negocio un anuncio en el que se ofrecía al precio de 15.000 euros la esfera del reloj de madera por el que se sustituyó el que actualmente luce el monumento. El instrumento en cuestión, había sido retirado de la Catedral en 1992, a consecuencia del avanzado estado de deterioro que presentaba. Al ser sustituido por uno nuevo, el antiguo quedó en manos del Cabildo, que tenía su teórica custodia. En un primer momento, el denunciado alegó contar con los permisos de rigor para disponer de la pieza en su taller, de acuerdo a una supuesta conversación con un clérigo ya fallecido en la que se le autorizaba a retirar de la Catedral de León, si bien el propio director del Museo de la Catedral, siempre según la versión del denunciado, había contratado sus servicios para transportar la pieza desde la Escuela Taller de San Isidoro al Seminario Mayor. Supuesto trueque Como quiera que la cantidad que exigía el anticuario por realizar la operación (siempre de acuerdo a su relato ante la Guardia Civil) resultaba muy elevada, el clérigo en cuestión habría resuelto un acuerdo: no pagar nada por el transporte y, a cambio, permitir supuestamente que la tienda de antigüedades utilizase la esfera, que se había restaurado en un 50% en el momento de la intervención policial. El Cabildo de la Catedral, propietario de la pieza y dueño de los locales donde ahora se encuentra la propia esfera, en el Museo de la Catedral, negó desde un primer momento cualquier posible implicación suya en el tema, por entender que el último rastro del objeto artístico en cuestión se perdía en la Escuela Taller de San Isidoro, y de acuerdo a las manifestaciones entonces realizadas por el deán de la Catedral, Felipe Fernández, las últimas personas que pudieron conocer el paradero de la esfera, antes de su puesta a la venta en público, están en en el entorno de Francisco Azconegui, entonces director de la citada escuela en la que se depositó el artículo.