Diario de León

Los sindicatos critican que el sistema deposite toda la responsabilidad sobre los trabajadores

El accidente del Talgo en Torneros fue por un fallo humano, según el informe

La investigación concluye que el maquinista se saltó una señal de límite de velocidad

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Juan Vázquez - león
León

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El informe técnico del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias, Adif, sobre el descarrilamiento del Talgo Gijón-Alicante en Torneros el pasado 31 de marzo, concluye que fue un fallo humano del maquinista, que previsiblemente por un despiste no hizo caso a una señal adelantada de precaución por la que debería haber reducido la velocidad para entrar en un cambio de agujas, que tomó a 141 kilómetros por hora cuando debería haberlo hecho a no más de 40. De esta forma, la investigación de Adif -la empresa segregada de la antigua Renfe que gestiona las vías y las estaciones- viene a confirmar las primeras sospechas de los técnicos de la compañía en el momento del accidente, que se saldó con un balance de 27 heridos leves. Según explicaron fuentes ferroviarias, el maquinista se encontró una señal avanzada iluminada en verde y amarillo que le indicaba que debería reducir la velocidad hasta 30 kilómetros por hora antes de la próxima indicación, y redujo la marcha del Talgo desde los 160 hasta unos 140 kilómetros por hora, pero en los tres kilómetros que existen entre una señal y otra, se despistó y entró demasiado rápido en un cambio de agujas situado a unos 300 metros del apeadero de Torneros, por lo que el tren descarriló. Un sistema recién incorporado Fuentes sindicales de Renfe advierten que existen circunstancias que han podido facilitar el despiste del maquinista del Talgo, como el hecho de que sólo unas semanas antes del accidente se había incorporado un nuevo sistema de señalización que pudo inducir a la confusión a este conductor. «Hasta entonces, después de la señal verde y amarilla de atención, se habría encontrado otra con dos luces amarillas que le indicaría que le iban a derivar a otra vía, pero en vez de eso se encontró una doble verde, señal de vía libre, y ser olvidó de la que unos kilómetros atrás le indicaba que en ese punto tenía que reducir la velocidad», explica un maquinista. Las mismas fuentes señalan que este cambio de sistema de señalización persigue ganar unos segundos en cada estación para evitar retrasos, sobre todo en líneas de cercanías. «La señal verde-verde sólo te indica que no van a parar a tu tren en esa estación, con lo que hay que entrar con la velocidad reducida, pero inmediatamente después se puede acelerar y ganar un poco de tiempo. Hasta hace tres años, la circunstancia que causó este accidente era la excepción, pero ahora es la norma», lamenta este profesional, que critica que la nueva normativa haga recaer sobre el maquinista en vez de sobre las instalaciones, que técnicamente podrían limitar la velocidad del tren en vez de dejarlo depender de la memoria del conductor respecto a una señal que vio hace varios minutos. El descarrilamiento del Talgo en Torneros fue el quinto accidente ferroviario en la provincia en apenas dos años. El mismo tren ya había descarrilado en el 2003 en Santas Martas por una excesiva acumulación de balasto, las piedras sobre las que responsan las vías.

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