La triple productividad
Los profesionales reciben hasta un 55% de la cuantía variable de su sueldo vinculada a la reducción de las demoras y al cumplimiento de objetivos como el aumento de la actividad
Los trabajadores de los centros sanitarios perciben la cuantía total de lo que era productividad variable en tres conceptos diferentes actualmente gracias a los acuerdos suscritos con los sindicatos y ratificados el pasado mes de diciembre por la Consejería de Presidencia. Los trabajadores de los grupos más bajos (auxiliares y celadores) han consolidado el 100% de su productividad que perciben mensualmente con cantidades que oscilan entre los 30 y los 48 euros tanto en Atención Primaria como en Especializada o en Emergencias. El grupo A de Atención Primaria (médicos) tiene un 67% de su productividad consolidada y cada mes se refleja en su nómina con 61 euros. En Atención Especializada la consolidación afecta al 45% y supone 105 euros en la nómina; en el áreas de Emergencias se repite el porcentaje de Primaria y la cantidad alcanza los 945 euros anuales, repartidos en 12 mensualidades. En el grupo B (enfermeros) el porcentaje de consolidación varía entre el 62% en emergencias y el 80% que está convertido en concepto fijo en los centros de Atención Primaria. Para este grupo, las cantidades mensualmente reflejadas en nómina es de 48 euros. El porcentaje restante (entre el 55 y el 27% en el caso de los médicos y entre un 20% y un 37% para los enfermeros) está vinculado al cumplimiento de los objetivos: reducción de demoras, aumento de actos asistenciales y reducción del gasto farmacéutico, esencialmente. Sumando todos estos conceptos, un médico especialista percibe como productividad variable una media de más de 5.000 euros al año. El reparto en Atención Primaria ha generado críticas contundentes. El sindicato CSI-CSIF considera un «insulto intolerable y un menosprecio» el reparto que prima con hasta 2.600 euros la reducción del gasto farmacéutico mientras que año tras año «los profesionales de Enfermería ven mermadas sus retribuciones». Además, agrega, no se incentiva económicamente la promoción, educación para la salud, prevención de enfermedades que «repercuten positivamente en el gasto farmacéutico».