Diario de León

Un centenar de personas, entre bomberos y voluntarios, sofocaron el incendio en tres horas

El fuego calcina 15 hectáreas en los terrenos anejos al Ayuntamiento

Las llamas llegaron a un solar en el que se acumulaban cables y PVC, provocando una nube tóxica

En la extinción participaron un centenar de personas; en la imagen un bombero recibiendo asistencia

En la extinción participaron un centenar de personas; en la imagen un bombero recibiendo asistencia

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G. Pisabarros / P. Rovirosa - león
León

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Un incendio arrasó ayer 15 hectáreas en el paraje conocido como Los Picones, entre Trobajo del Camino y San Andrés del Rabanedo. El fuego se inició alrededor de las seis de la tarde en las inmediaciones de las piscinas de Trobajo. Las llamas se extendieron rápidamente debido a la extrema sequedad del terreno y a la presencia de abundante maleza y viento. Las labores de extinción se prolongaron durante más de tres horas. «En principio nos avisaron de que el origen era en la zona de las piscinas y las fincas colindantes. Soplaba un viento tremendo en dirección norte y las llamas fueron avanzando hacia el Ayuntamiento», aseguró Francisco José, miembro del cuerpo de bomberos de León. El clímax se alcanzó cuando las llamas devoraron un cementerio de cables telefónicos apilados en un solar anejo al Ayuntamiento, lo que provocó una densa nube tóxica, que unida a la cantidad de hectáreas afectadas propiciaron la activación del nivel 2 de alerta. La perfecta coordinación de los efectivos congregados facilitó el control del incendio en una hora y media a pesar de que las labores continuaron para extinguir los focos activos. Los Bomberos de León, Protección Civil de San Andrés y de León, Policía Local de San Andrés, Policía Nacional, Guardia Civil, Cruz Roja y otros voluntarios, sumaron un centenar de personas dedicadas al sofoco del incendio. También fueron importantes las labores de una máquina excavadora que improvisó varios cortafuegos para salvar los edificios. A un metro de la catástrofe A escasos metros del solar que produjo la nube tóxica y frente al Ayuntamiento una pequeña vivienda, propiedad de José Martínez, se pudo provocar una catástrofe de dimensiones imponderables. El azar quiso que el fuego respetara siete bombonas de propano de 25 litros cada una cobijadas bajo una exigua techumbre. El dueño de la vivienda, alarmado por la cercanía del fuego, mojó con una manguera los límites de su casa, con especial hincapié en la zona de las bombonas, por lo que el fuego se extinguió a tan sólo a un metro de las mismas. Las consecuencias del incendio pudieron, por tanto, orillar la tragedia. Dos voluntarios de Protección Civil resultaron heridos de carácter leve por la inhalación de humos, del mismo modo los servicios sanitarios atendieron a varios bomberos exhaustos por las altas temperaturas y el esfuerzo realizado. La investigación sobre las causas del incendio sigue abierta, aunque la principal hipótesis apunta a que las altas temperaturas, sumadas a la sequedad del terreno, fueron la causa. Además de las 15 hectáreas de terreno -árboles y rastrojo fundamentalmente- sufrieron daños dos naves ubicadas cerca del Consistorio.

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