Veteranos en la Universidad

Hace tres años, Martín Nieto decidió combinar su trabajo en la empresa de congelados Elmar con la realización del Máster en Dirección de Empresas (MBA) que la Universidad de León puso en marcha en el curso 2002/2003. En el caso de Martín, fue la sociedad para la que trabaja la que le propuso realizar este curso formativo con el que afianzar sus conocimientos. «Como suele suceder en estos casos, tuve que realizar un esfuerzo personal para compatibilizar mi horario laboral y las clases del máster, que también se impartían los viernes y sábados. A pesar de tener que recuperar esas horas durante el resto de la semana, el sacrificio mereció la pena», dice. El programa del Máster en Dirección de Empresas contempla un total de 600 horas, en las que se incluyen las clases teóricas y la discusión de casos concretos, el proyecto Fin de Máster y otras actividades complementarias como seminarios monográficos, que ahondan en distintos aspectos concretos del mundo de la empresa. Los contenidos del programa se organizan en seis módulos con el fin de que los alumnos adquieran una visión global de la dirección empresarial a través del conocimiento práctico de la gestión en las distintas áreas funcionales de la empresa . «Se tocan todos los puntos pero, al menos durante el primer año, se echó en falta un mayor número de prácticas y menos teóricas, sobre todo en el primer semestre. Todos ansiábamos más casos y experiencias reales», apunta Martín Nieto. Este punto del programa mejoró en los años siguientes, tal como atestigua Javier Luengo, alumno de la segunda promoción e ingeniero de minas que también combinó las clases con su trabajo en la empresa Peal: «En mi año, los módulos se centraron en temas muy prácticos y útiles, como los recursos humanos, el márketing empresarial o la logística y los sistemas de aprovechamiento de tiempo. No obstante, sí observé que no se trataban otros puntos como las cuestiones fiscales, una obligada referencia que se implantó en la tercera promoción». Ambos ex alumnos coinciden en señalar que la decisión de realizar el Máster acabó convirtiéndose en una interesante experiencia, sobre todo de cara al trabajo que ambos llevan a cabo en sus respectivas empresas. «Los conocimientos adquiridos durante todo el curso me han aportado una visión más amplia del campo empresarial y, en concreto, de los temas nuevos que afectan al área en la que trabajo», señala Nieto, que resalta además, «con el Máster, me di cuenta de lo importante que es la planificación. Es decir, sentarte y pararte a pensar antes de actuar, sobre todo en un mundo done la iniciativa empresarial exige que se trabaje a un ritmo imparable». Una idea que comparte Javier Luengo, quien advierte la diferencia entre un alumno universitario que se anima a realizar el Máster y una persona que ya cuenta con experiencia en el mundo laboral. «Resulta increíble comprobar cómo cosas que antes hacías por intuición se realizan justamente de ese modo. Lo que te aporta el Máster en Dirección de Empresas es una línea empresarial más clara, más enfocada pero partiendo siempre de lo que tú ya conoces. Por eso, creo que es muy importante tener experiencia en el mundo del trabajo ya que acabas sacándole más jugo a un curso como éste», asegura Luengo. Respecto al trato con sus compañeros durante le Máster, tanto Martín Nieto como Javier Luego califican la relación entre todos los alumnos como «excelente». Para Nieto, «nos sirvió como medio para retomar, en cierto modo, la vida universitaria. Incluso, se creó una Asociación de Antiguos Alumnos del Máster aunque, con el paso del tiempo, ha quedado un poco desvirtuada». No obstante, la colaboración y los buenos ratos siguen en la memoria de todos y tan sólo el recuerdo de lo compartido durante un año es ya un vínculo de unión que, a día de hoy, aún sigue vivo.