El alcalde asegura que hay que poner orden en los contadores y modernizar las captaciones
Las cuatro juntas vecinales de Sariegos se quedarán sin la gestión del agua
El Ayuntamiento decide contratar a una empresa por más de 130.000 euros al año
El Ayuntamiento de Sariegos ha decidido que las juntas vecinales ya no gestionarán el agua del municipio, como venían haciendo desde hace varias décadas. En su lugar, esa labor recaerá en una empresa privada, que percibirá más de 130.000 euros al año por encargarse de los cobros, los sondeos, las captaciones y las necesidades de los vecinos. Esa «municipalización» obedece, según el alcalde, Ismael Lorenzana, a «un intento de poner orden en un recurso tan preciado como es el agua y que se estaba gestionando de forma aleatoria». A su juicio, las juntas vecinales no tienen la competencia de encargarse de regular el agua y de revisar los contadores para cobrar a los vecinos ocho euros por el consumo. «Eso se empezó a hacer cuando el municipio era de mil habitantes, pero en realidad es una competencia del Ayuntamiento que ahora debe recuperar y tomar cartas en el asunto porque ya somos 3.500 vecinos y subiendo, y hay que modernizar esa gestión», matiza. La concesionaria deberá realizar un estudio y un plan director para conocer los puntos débiles de Sariegos en materia de agua, de qué reservas dispone, cuál es el estado de las instalaciones y cómo pueden mejorarse. Lorenzana estima que gracias a ese estudio se conocerá la inversión real que hay que acometer para renovar el abastecimiento. También indica que las nuevas urbanizaciones que se están construyendo en las cuatro localidades del municipio ya incluyen un pozo para autoabastecerse. Las carencias en el abastecimiento de agua, provocadas por el crecimiento urbanístico, se han intentado corregir con la construcción de un nuevo sondeo y un pozo en la localidad de Carbajal de la Legua. Ambas obras han supuesto un desembolso de medio millón de euros y permiten consumos de 1,5 millones de litros. Una relación tirante La decisión de municipalizar el agua deja sin una fuente de ingresos a las juntas vecinales y promete ser polémica, ya que la relación entre estos entes locales y el Ayuntamiento ha ido haciéndose cada vez más tirante desde hace un año. Los pedáneos han querido defender su cuota de poder y han acusado en reiteradas ocasiones al equipo de gobierno de tratarles con despotismo y con el bastón del ordeno y mando, además de recortarles subvenciones. Una cuestión que el alcalde, Ismael Lorenzana, niega, aunque no oculta que no le ha gustado que las juntas vecinales hayan puesto trabas a varios proyectos estrella del municipio, entre ellos, el de la nueve sede municipal que se quería ubica en una parcela de 8.000 metros en la zona de Las Barreras de Sariegos. El pueblo, en concejo, denegó ceder los terrenos al Ayuntamiento y el alcalde acusó al pedáneo de favorecer esa votación.