Chozas sueña con bañarse en Gijón Consumo va a inspeccionar los centros de compraventa de vehículos

Dicen que la paciencia es la madre de todas las ciencias y que no por más correr, amanece más temprano. Pero la historia todavía inconclusa del Centro de Transporte Integral de León (Cetile) amenaza con destrozar los nervios de los camioneros, de algunos políticos y de los vecinos de Chozas, que sueñan con ocupar alguno de los 400 puestos de trabajo prometidos y con palpar las inversiones multimillonarias que rodean al proyecto. Lo cierto es que el año 2000 marcó un hito para este municipio del área metropolitana leonesa, que posee cien kilómetros cuadrados de terreno escasamente poblado y con una mínima actividad industrial. En esa fecha, la Junta anunció y firmó su compromiso de impulsar con tres millones de euros las obras de un macrocomplejo de servicios y aparcamiento para camiones en 26 hectáreas de Chozas. Se pretendían solucionar así los déficits de estacionamiento de vehículos pesados en la ciudad y, de paso, cumplir las reivindicaciones del sector creando un centro para reparar, mejorar, cargar y descargar los camiones. El oro negro La primera piedra de toque del Cetile fueron las disensiones entre los profesionales del sector, enmascaradas -hoy se sabe- con quién gestionaría uno de los negocios que se auguraban más prósperos: la gasolinera. El boicot y las tiranteces, unidas al retraso en la llegada de la subvención de la Junta, hicieron pensar que el proyecto había pasado a dormir el sueño de los justos. Y es verdad que las obras tardaron más de tres años en arrancar, justo cuando el plazo del acuerdo con el Gobierno autonómico iba a vencer. Lo hicieron, además, tímidamente, con el movimiento de tierras, que dejó con la panza abierta el terreno durante meses sin más avances. De ello se echó la culpa al mal tiempo y el Cetile se convirtió en sinónimo de retraso. Tras superar esos baches, el centro está ahora vallado, posee 1.700 plazas delimitadas y una flamante capa de rodadura. Claro, que para que funcione sigue faltando el corazón del proyecto: los surtidores, el hotel, el área de ITV y las naves. Estas últimas comenzarán a construirse en un mes, pero hace falta venderlas o alquilarlas a empresas interesadas en instalarse en Chozas. La esperanza está en Asturias, ya que el Cetile, después de haber quedado relegado, parece que podría resurgir como el gran centro logístico del Noroeste de España, ligado al puerto seco del Musel y al movimiento de camiones de medio país. La Junta fue rotunda el pasado 5 de abril al reiterar su apuesta por Chozas, tras entrevistarse con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces. En el horizontes existe, no obstante, un competidor, Toral de los Vados, aunque el crucigrama se resolverá en septiembre. La inspección de consumo de la consejería de Sanidad de la Junta prevé inspeccionar 252 establecimientos de compra-venta de turismos, motocicletas y ciclomotores dentro de la campaña preventiva e informativa referida a la comprobación del grado de cumplimiento de la Normativa reguladora de los derechos e intereses económicos de los consumidores de estos bienes. Según informaron a Europa Press fuentes de la Junta, la inspección de consumo desarrolla esta campaña a lo largo de los meses de julio, agosto y septiembre que está dedicada al control de esta actividad ya sea de forma exclusiva o simultaneada con otra actividad afín en el sector de la automoción. «Con esta campaña inspectora, la Dirección General de Salud Pública y Consumo del Gobierno regional pretende que empresarios y profesionales de este sector comercial cumplan lo preceptuado por el Decreto 132/2003 en lo referente a la protección de los derechos y consumidores en la compra-venta de turismos, motocicletas y ciclomotores», destacaron las mismas fuentes. Información general De este modo, se trata de lograr la «correcta adecuación» de esta actividad con lo que dicta la Normativa vigente de manera que la oferta, promoción y publicidad dirigida a la venta de estos vehículos, tanto nuevos como usados, se inspire en los principios de «veracidad, objetividad, suficiencia y claridad» con independencia de la forma que ésta se realice, «sin que pueda inducir a error a sus destinatarios ni silencie datos fundamentales de turismos, motocicletas y ciclomotores». Con la programación de esta iniciativa de Consumo, las mismas fuentes resaltaron que el propósito es instrumentar los medios necesarios para hacer «más efectiva» la protección de los derechos y consumidores en ambos tipos de compra-venta «mediante la regulación de aspectos como la información al público que deben prestar los establecimientos destinados a la venta de vehículos, el contrato a suscribir entre el establecimiento y el comprador, la documentación que debe entregarse al adquiriente junto al contrato y la factura o justificante de pago». En este sentido, los inspectores de Consumo controlan aspectos fundamentales como la información que ofrece el vehículo a los potenciales compradores interesados en adquirirlo.