Ya suenan campanas de boda

A menos de 96 horas para su enlace, Pablo y Jonás muestran la tradicional mezcla de nervios, impaciencia y alegría que distingue a una pareja pocos días antes de casarse. Y es que, aunque la suya será la primera boda entre parejas del mismo sexo que se celebre en la provincia, ambos aseguran que su deseo es que se trate de un acto natural y, ante todo, sencillo. «Nuestra intención es que se trate de una ceremonia íntima. No queremos que sea nada llamativo, porque ya de por sí será un día muy especial para nosotros», comentan. Al enlace, que tendrá lugar el viernes a las 18.00 horas en el antiguo Ayuntamiento, acudirán cerca de un centenar de personas, entre familiares y amigos. Una cifra que podría verse incrementada, puesto que se espera la presencia de compañeros de trabajo y conocidos de los novios, así como de simpatizantes y miembros del Colectivo de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de León (Cogale) que se acercarán al antiguo Consistorio para mostrarles todo su apoyo. Todo enlace lleva consigo una detallada preparación y, como no podía ser menos en este caso, Pablo y Jonás han estado pendientes estos días para que todos los flecos queden atados de aquí al viernes. «Hemos tenido los problemas típicos que tienen todas las parejas pero ya está todo preparado. Las flores, el convite... sólo nos falta que el tiempo acompañe y, según hemos visto en los informativos, parece ser que así será», afirman. El vestido siempre suele ser el detalle mejor guardado, la sorpresa final. Un secreto que Pablo y Jonás también mantendrán... a medias. «Jonás y yo vestiremos un traje oscuro, aunque llevaremos una nota de color que recuerde al distintivo de la comunidad gay, la bandera arco iris», señala Pablo. Los trámites Pablo y Jonás siguieron todos los trámites habituales para solicitar un expediente de matrimonio. En primer lugar, presentaron su petición al juzgado y otra solicitud al Ayuntamiento para utilizar el salón de plenos. Ambos papeles fueron presentados al alcalde, Mario Amilivia, quien dio su consentimiento y delegó la función de celebrar la ceremonia en el concejal socialista, Francisco Fernández, la persona que los contrayentes habían escogido. «La boda hubiera sido antes, tuvimos la mala suerte de pillar a los juzgados de vacaciones», comenta la pareja. Una pequeña espera que, sin duda, no empaña la alegría por poder celebrar, después de tanto esfuerzo, su tan ansiada unión. Al concejal socialista, Francisco Fernández, el anuncio de que sería él la persona que oficiaría la boda no le pilló por sorpresa. «Los contrayente solicitaron que fuera el encargado de casarles puesto que yo mismo me había ofrecido a Cogale para oficiar la primera boda entre homosexuales», afirma Fernández. De este modo, Francisco Fernández tiene muy claro el significado que tiene esta boda tan especial y esperada. «Se trata de un avance que todos debemos celebrar, ya que se reconocerá la lucha de todos aquellos que han puesto todo su esfuerzo en conseguir que sus derechos se equiparen al del resto de las personas», comenta. No obstante, Francisco Fernández también tiene muy claro cómo piensa oficiar la ceremonia, compartiendo la sencillez que desean Pablo y Jonás. «Aunque es la primera de unos logros muy merecidos, es también una ceremonia más y, por este motivo, hay que darle un aire de naturalidad como si fuera cualquier enlace celebrado hasta ahora», resalta Francisco Fernández. La pareja se conoció hace ya más de veinte años en Ponferrada. Jonás acudía al centro de formación profesional en el que Pablo cumplía su destino pero fue un viaje de estudios lo que les unió. «Desde entonces, prácticamente no nos hemos separado. Jonás fue a estudiar a Madrid pero ya hace doce años que vivimos en León», señala Pablo. La idea de contraer matrimonio no es nueva para ellos. «Desde el principio pensamos en casarnos, pero no teníamos claro que fuese posible. De hecho, lo veíamos como algo impensable. Por eso, queremos dar las gracias al PSOE y a Cogale por lucha y dedicación para que nuestro deseo y el de muchos oros se convirtiera en realidad. Ahora, lo único que esperamos es que llegue el día, disfrutarlo y que, en un futuro no muy lejano, deje de ser noticia y sea algo normalizado», aseguran.