«Para el 2007 yo no me veo en una lista que no sea del PSOE, pero hablaremos»

En el transcurso de la conversación, se declara municipalista en al menos tres oportunidades y socialista en dos. No es que una cuestión esté por encima de la otra, a primera vista; es álgebra simple, sin más. Miguel Hidalgo está dispuesto a liderar una lista del PSOE para las municipales del 2007 en Villaquilambre, pero primero aclara que no toca, y después sostiene que la prioridad está en concretar los planes en los que se ha embarcado la población y su grupo de gobierno. Y los cuenta con mimo. -Ahora que el curso político anuncia el inicio inminente ¿qué habrá que esperar de la vida consistorial en Villaquilambre? -Nada de particular. Tranquilidad y mucha calma. Estoy dispuesto a discutir de política y con formas políticas lo que haga falta, pero se acabó ya lo de que mezclen mi vida personal. Mi abuela decía que dos no riñen si uno no quiere, y me parece que va a ser lo más adecuado. No sé si me van a buscar, pero desde luego, no me van a encontrar. Tengo ganas de trabajar por este municipio, siempre las he tenido, pero ahora además, viene una etapa interesante, y no la podemos desperdiciar. -Pero para cambiar de planteamiento necesitará... -Es que yo no he cambiado mi planteamiento. Simplemente digo que no sé lo que va a hacer la oposición, pero sí sé lo que voy a hacer yo, y como yo no voy a reñir, pues no va a haber riñas. Este ayuntamiento tenía una deuda de más de millón y medio de euros cuando llegamos, y ahora, la deuda es cero. Si la tesorería nos va a permitir invertir en nuevos planes ¿para qué voy a perder el tiempo en batallas inútiles?. No merece la pena. -¿Eso quiere decir que ya tiene previsto lo que va a hacer para las próximas elecciones municipales? -Las inversiones que tenemos previstas para lo que queda de legislatura se estarán ejecutadas en 2007 o licitadas como mínimo. Más allá, no sé lo que voy a hacer, no es momento de hablar de este tema, es momento de hablar de lo que queremos hacer para los ciudadanos, y de momento, ya aviso de que, después de 2006, no pienso inaugurar ni una sola obra. No me van a llamar populista, y lo digo con dos años de anticipación. -Pero entonces, es que piensa presentarse... ¿Bajo qué siglas? -(Sonríe) No me veo en una lista que no sea socialista, pero tiene que haber condicionantes previos. A nosotros nos expulsan del partido por negarnos a votar una moción de confianza a favor del partido (UPL) contra el que habíamos peleado -electoralmente hablando, aclara- toda la campaña, y en la ejecutiva provincial, nos piden que hagamos exactamente lo contrario de lo que habíamos prometido a nuestros vecinos. Yo no podía traicionar a la calle, nos pedían que hiciéramos lo que hicimos. Creo que se necesita diálogo, y que hay que entender que no podíamos cambiar en aquel momento un ayuntamiento (se refiere al de León) por otro (Villaquilambre). Me llamaron díscolo, ambicioso sin límites... No sé cuántas cosas más, y luego, los ha habido peor que yo, como el tiempo ha demostrado, pero no ha pasado nada. Yo no quiero nada para mí. En mi puesto de secretario del Ayuntamiento ganaba prácticamente lo mismo, pero creo en el servicio a los ciudadanos, y me parece que hay que reflexionar. Y si el PSOE desperdicia la oportunidad de ganar un ayuntamiento como este, va a cometer un error muy grave, desde mi punto de vista. -No parece que se arrepienta, pero da la sensación de que ahora tiene otra óptica... -Los vaivenes de la política son normales, pero en este caso, no han sido favorables. Tengo claro lo que quiero hacer, pero hay que ser realista, y dejarse de utopías, y a veces, para poder llegar a la misma meta, antes hay que pagar un pequeño peaje, y quizá es lo que ha pasado, pero estamos a tiempo de arreglarlo entre todos. Yo salgo a la calle, y no soy el alcalde, soy el padre de Daniel y de Laura, el marido de Paula, el hijo de «El Negro» y no puedo estar en contra de mis vecinos. Eso, el partido, lo tiene que entender, y quizá nosotros también tengamos que comprender otras cuestiones de partido, no sé. -¿Por dónde se mueven sus planes para el resto de la legislatura? -Necesitamos resolver las carencias que nos quedan todavía en educación y accesibilidad. Hay que fijarse metas concretas en materia de infraestructuras, sobre todo en las soluciones a la León-Collanzo y León-Santander y acometer nuestros nuevos planes en transporte urbano. Queremos darle otro impulso a la mejora del edificio de la Casa Consistorial, que ya ha cambiado bastante en los últimos meses, y que ahora es un edificio que alberga a los ciudadanos que lo necesitan con todas las comodidades posibles y para el primer trimestre de 2006 la obra estará adjudicada. En el tema de la remodelación de los márgenes del río, estamos a la espera, porque dependemos de los fondos Equal y de los Feder, que hemos dejado pasar sistemáticamente en esta zona y ese tren se nos ha ido y no creo que vuelva, tal como se están poniendo las cosas. -¿Objetivos fundamentales? -La familia y los servicios, para empezar, la atención al ciudadano que no se puede descuidar y todo lo que tenga que ver con lo que estamos empezando a preparar en estos meses, cuyo desarrollo se empezará a ver ya con más claridad a partir de 2006, porque hay un desarrollo que es imparable, pero que también es un poco lento, hay que reconocerlo. La burocracia tiene estas cosas. Nuestro presupuesto del próximo año natural va a ser expansivo totalmente. «Ya anticipo que no inauguraré una sola obra más allá del año 2006: no me van a llamar electoralista» «Los vaivenes no han sido buenos, pero hay que ser realista, y estas cosas pasan a veces» «Estoy dispuesto a discutir de política, no de vidas personales»