«Es un ejemplo a seguir por todos los leoneses»
El alcalde de León, Mario Amilivia, presidió ayer la entrega de la Medalla de Oro de la Ciudad a Antonino Fernández Rodríguez, actual presidente del Consejo de Administración y director del Grupo Modelo, fabricante de la cerveza Corona y Coronita. La distinción, que es el máximo galardón que concede el consistorio de la capital, emocionó al homenajeado. «Para mí es un honor, creo, inmerecido, porque todos aquellos que nos toca salir de nuestra querida patria tenemos que pasar por muchas vicisitudes que son normales», señaló Antonino, a la vez que aseguró que lleva el nombre de León por donde quiera que vaya. Las palabras del empresario pusieron fin a un acto al que no quisieron faltar, además de los familiares del galardonado, y toda la corporación municipal, un gran número de representantes institucionales, además del obispo de León, Julián López; el subdelegado del Gobierno, Francisco Álvarez; el presidente de Caja España, Victorino González o el deportista Manuel Martínez, entre otros. El regidor destacó en su discurso el carácter luchador de Antonino, del que dijo: «Es un ejemplo a seguir para todos porque nos ha demostrado como con honradez y trabajo se puede y se debe triunfar en la vida». Las palabras de Amilivia se fragmentaron para dejar hueco al aspecto más humano del galardonado, una persona que colabora con numerosas causas benéficas y que está muy involucrado con los proyectos sociales que se desempeñan en la ciudad. Por su parte, el atleta Manolo Martínez comentó «que debería haber más actos como éste porque significaría que hay personas capaces de sacar adelante un proyecto de esta envergadura»». Un leonés de lujo Antonino Fernández nació en Cerezales del Condado un 13 de diciembre de 1917. Antes de cumplir los treinta años, abandonó su trabajo como Policía Local, para embarcarse en un viaje de impredecibles consecuencias. Inició su aventura custodiado y respaldado por un tío de su mujer, Pablo Díez, quien había puesto los cimientos de un gran imperio empresarial. De él heredó un gran negocio, pero también el legado de una obra y un tesón que hoy, a sus 87 años, sigue cultivando. El manto de la Virgen del Camino protege el alma de este leonés al que le han reconocido su labor. Un trabajo que ha engrandecido el nombre de la capital.