Los ecologistas denuncian que no está previsto inventariar la producción ni se proyecta reducirla
La Junta sigue sin dar una solución real a la basura industrial en su nuevo plan
La administración convoca un grupo de trabajo que quedará bloqueado si el plan no es más ambicioso
La Junta elabora un nuevo plan de control de residuos industriales, con el horizonte del año 2010, después de que el Tribunal Superior de Justicia paralizase el que estaba en tramitación, al que consideró irregular en varios aspectos, entre ellos el ambiental. El Consejo Asesor de Medio Ambiente de Castilla y León entregaba recientemente el borrador a todos aquellos grupos y entidades que pretende aglutinar en un grupo de trabajo para que lo analicen y, en su caso, lo mejoren. El primer diagnóstico por parte del colectivo ecologista desmonta cualquier intento de sacar adelante esta estrategia, a la que consideran «inaceptable». Tanto que advierten que, en los términos en los que está planteada, les obligará a abandonar el foro de debate. En primer lugar, denuncian que los datos de producción y gestión que utiliza corresponden al año 2003. Si bien «son correctos» en lo referido a los residuos peligrosos -omite, no obstante, los datos por grandes productores y gestores-, no lo son tanto cuando se ocupa de la basura no peligrosa, «puesto que se basa en estimaciones de producción por empleo y no desglosa bien las operaciones de gestión». Es decir, en este último caso se continúa sin inventario ni datos fiables que sustenten el diseño del plan. Esta previsión toma especial relevancia cuando se sabe que en la comunidad casi tres millones de toneladas de residuos industriales de este tipo se escapan por completo al control de la Junta, medio millón de ellas en la provincia de León. Otro dato relevante es que Castilla y León importó 185.000 toneladas de residuos peligrosos frente a las 50.000 toneladas que exportó. Creciendo y creciendo El plan da por hecho, «sin justificación», que la producción de residuos va a seguir creciendo necesariamete en los próximos años, un 26% para los peligrosos y un 17% para los no peligrosos hasta dentro de cinco años. El nudo gordiano del documento parte del supuesto de que los residuos peligrosos sólo se pueden valorizar o eliminar, así que no se plantea ninguna opción de prevención por flujo de residuos -por ejemplo, sustituyendo sustancias peligrosas en los procesos de producción- ni tampoco plantea alternativas al colapso que sufre el vertedero de Quintanilla de Onésimo y otro que, al parecer, existe en la provincia de Burgos. Los ecologistas revelan que no hay intenciones de prevenión y que el planteamiento general del plan es «estabilizar la producción». «Esto es simplemente inaceptable», señala Miguel Ángel Ceballos al referirse a los diferentes planes sobre residuos que programaban desde el año 2000 reducciones de entre el 10% y el 45% de este tipo de basura. El borrador actual no propone ninguna reducción efectiva. En cuanto a la incineración, los objetivos «se ocultan» bajo el término genérico de «valorización», sin que se precise nada al respecto. No es la única empresa con vertedero de residuos, pero sí ha sido la más notoria durante los últimos años por la oposición vecinal que ha generado su planta de Ardoncino y por los reiterados incendios en sus instalaciones, que en algún caso obligaron a activar el plan de emergencia de Protección Civil ante una posible toxicidad del humo. Recuperación de Materiales Diversos (RMD), acatando una decisión judicial, ha anunciado que retirará sus vertidos de cables usados de Villanueva del Carnero. En la imagen, medios del 112 el día de la alerta por un incendio en el citado basurero, que se ve al fondo. Las estimaciones de evolución futura de la generación de residuos industriales no peligrosos, calculada en 18 toneladas al año por cada trabajador, cifran la producción para el año que viene en 3,3 millones de toneladas, lo que supondría un incremento acumulado del 22% sobre la producción del ejercicio de 1999.