| Reportaje | Con ¿Denominación de Origen? |
De vinos por Tierras de León
Cerca de veinte bodegueros exponen las bondades del caldo de Prieto Picudo y Mencía en la capital del Viejo Reino. La feria tentará el paladar de los leoneses durante tres días
«No hay copas a medio beber con buen vino que las apure», decía el sabio. Y es que entre caldos de Prieto Picudo, Mencía y Verdejo escasean los peros , máxime si el perfume en cuestión apellida Tierras de León. Ayer por la tarde la feria del vino Tierras de León recibió bautismo de mano del presidente de la Diputación, Javier García-Prieto. Lo habitual..., escanciar agua bendita por la crisma del chaval, dejó paso a un bautizo menos anodino: regar con caldo de uva el solaz estival. La cata en cuestión se vio aderezada por la presencia de algunos concejales del Ayuntamiento, entre ellos Ana Guada, responsable de Bienestar Social; Alfonso Ordóñez, concejal de Cultura y Educación, y Sonia Alonso, concejala de Relaciones Institucionales. Además, los representantes de los bodegueros hicieron de anfitriones para convidar a las autoridades a queso de Valdeón y cecina de León. El marco no podía ser mejor. Con semejante aderezo el vino no se resistía. El trasfondo del asunto arroja sobre la mesa un racimo de cuestiones abundante. En primer lugar la promoción ante el consumidor de a pie, de corto y tapita, de los que aderezan el buen comer con un chorrito de perfume de uva sobre la copa o de los que convidan a sus colegas a paliar la sed cambiando botellas como quien cambia cromos. En segundo término la Denominación de Origen. El caso es que la feria -merced a la Diputación- pretende arrimar la butaca de las Tierras de León bajo la sombra de la Denominación de Origen. 900 viticultores, 32 bodegas y cerca de sesenta variedades de vino abogan por ello. El Presidente de la Diputación también está por la labor: «Es una verdadera apuesta por dar a conocer lo que de veras entendemos como uno de los productos más significativos de la Provincia, con un tirón excepcional. Ahora lo que deseamos todos es conseguir esa ansiada Denominación de Origen que ratifique la calidad y la procedencia de los caldos», precisó Javier. García-Prieto añadió que pese al potencial de este vino la concesión de la Denominación respaldaría su promoción nacional e internacional. Lo del valor añadido cae por su propio peso, pero lo de la calidad salta a la vista, al gusto y al olfato de los sumilleres que ofrecieron el taller de cata. La cosecha, pese al mal augurio del descenso de cantidad por la sequía, anuncia vacas gordas en lo que a calidad se refiere. Buenos tiempos de momento, habrá que ver el peso y cornamenta de los miuras a torear en años próximos.