La policía busca a un testigo decisivo del caso Molina que no fue a declarar

El juez que instruye el caso abierto por el homicidio de Jesús Molina ordenó a la policía localizar a un antiguo portero del club nocturno en el que trabajaban en el momento de los hechos los dos acusados, que podía haber aportado solidez a alguna de las versiones que se manejan estos días en la Audiencia Provincial. El testigo en cuestión, no se presentó a declarar ayer por la mañana, en la tercera sesión de la vista oral, a pesar de que acusación particular y defensa coincidieron en señalar su testimonio como clave. Uno de los testigos de la tarde desveló que sabía que, a la hora de comer, había sido visto en un restaurante de la capital. El letrado pretendía investigar si el aludido fue en verdad el autor material de la compra en Portugal de una remesa de siete pistolas, entre las que figura el arma que, a criterio de la parte acusadora, fue utilizada para cometer el homicidio, y que según la defensa, no fue la usada en los sucesos. Los hechos que se juzgan tuvieron lugar en septiembre de 2.001. La víctima se encontraba en un club nocturno de una populosa barriada de la capital y lo abandonó en compañía de dos empleados del establecimiento, camino de otro local de similares características en Villadangos del Páramo. A la salida del lugar, según la fiscal y la acusación particular, fue asesinado a tiros con una pistola, de acuerdo a una trama que se había urdido con anterioridad y «de forma alevosa»· La defensa sostiene que el revólver lo portaba el fallecido, y que fruto de una discusión, en la que exigió a sus acompañantes que le entregaran dinero, se produjo un forcejeo, en el que esgrimió el arma, que se disparó por accidente y le causó la muerte. Antecedentes penales La sesión matinal fue interrumpida a causa de la no comparecencia en el estrado del portero del club nocturno de la capital que antecedió en el puesto al súbdito uruguayo luego responsable de la misma tarea en el establecimiento, y que ahora es uno de los dos imputados en el caso, junto con un camarero del mismo negocio. El letrado de la acusación particular, que representa a la familia Molina, entiende que es básico saber si el testigo ausente tenía antecedentes penales por tráfico de drogas y si en el tiempo en el que su posterior sustituto permaneció en prisión preventiva, recibió una llamada de teléfono en la que el portero uruguayo le anunciaba su intención de no implicarle en los hechos, como responsable de haberle vendido la pistola que acabó con la vida de Molina. La defensa pretendía preguntarle si, tras las primeras investigaciones de la policía, se le había dejado en libertad sin cargos. La mañana registró otro apunte de interés en su desarrollo. Según la fiscal, que solicitó a la secretaria que se registrara en el acta esta incidencia, un camarero del club de alterne de Villadangos del Páramo se contradijo en dos ocasiones respecto a sus declaraciones ante la policía en el momento de los hechos, al referirse al coche que habían usado los sospechosos en sus desplazamientos (entonces sostuvo que era el mismo en todos los casos, ayer dijo que hubo un segundo vehículo) y al hacer recuento mental del número de visitas que habían cursado los imputados al club de Villadangos del Páramo (en un primer momento afirmó que habían sido varias, ayer declaró que era la primera).