El jurado declara no culpables a los acusados por el homicidio de Molina

Un jurado popular declaró no culpables de los delitos de homicidio y tenencia ilícita de armas al portero y al camarero de un club de alterne de León a los que se acusaba de ser autores de la muerte a tiros del joven leonés Jesús Molina Mendoza, en septiembre del 2.0001. El veredicto se hizo público a las tres de la madrugada del pasado viernes, en la sala de vistas de la sección primera de la Audiencia Provincial de León, tras quince horas de deliberación. En nombre de los nueve miembros del jurado, y con voz entrecortada (terminó llorando antes de dar lectura a la totalidad del escrito) el portavoz declaró a los dos acusados no culpables de homicidio y no culpables de tenencia ilícita de armas. Ambos habían cumplido ya un año y medio de prisión preventiva. Hasta el próximo jueves, cuando las partes reciban una copia del escrito, no se conocerá la argumentación que ha llevado a adoptar el dictamen. Los hechos que se juzgaban tuvieron lugar la noche del 13 de septiembre del 2.001. La víctima acudió a tomar una copa en un club de alterne de la capital. Lo abandonó en compañía del portero y de un camarero del establecimiento, a los que pidió supuestamente que les permitiera acompañarles a otro local similar de Villadangos del Páramo. La acusación entendía que, allí, fue asesinado a tiros, con una pistola que a posteriori, apareció en el río Porma, a la altura de Puente Villarente. La defensa sostuvo durante todo el juicio que la muerte de Molina fue un accidente, tras una discusión por dinero, en el transcurso de la cual, el fallecido sacó una pistola, y apuntó a uno de los imputados. El otro, forcejeó con él, para defender a su amigo, y al desviar el arma, al menos un disparo, le habría causado la muerte. La pistola en cuestión, además, habría sido arrojada al pantano de Luna. Siete de nueve Para dictar sentencia condenatoria, era necesario que al menos siete de los nueve miembros del jurado considerasen probado que los acusados eran autores de los hechos que se les imputaba. Las deliberaciones se iniciaron a mediodía del pasado viernes, y entrada ya la madrugada, el magistrado barajó la posibilidad de interrumpir el proceso y reanudarlo en la mañana de ayer, por entender que, tras tantas horas de disquisiciones, pudiera no ser recomendable para la agilidad mental del jurado continuar con el trámite. Un receso Las deliberaciones se iniciaron a las 12.15. Se practicó un receso a la hora de comer, y por la noche, en torno a las 23.30, se puso a disposición de los miembros del jurado una cena fría a base de pinchos. Para entonces, todavía se anunciaba una noche larga. Hacia la 1.00 de la madrugada, se barajó la hipótesis de la suspensión, descartada a la 1.25, cuando se notificó a los letrados de las partes que se les convocaba para dar lectura al veredicto en la Audiencia. Alrededor de las 2.00 de la madrugada se personaron en el Palacio de Justicia, si bien el presidente de la sala aún hubo de analizar el contenido del escrito, que se consideró ajustado a derecho, por lo que no fue devuelto al jurado, que poco antes de las 3.00 de la madrugada, le dio lectura. Contra este veredicto caben al menos dos recursos, de acuerdo al artículo 846 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, aunque en estos casos, habría que acudir al Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, con sede en Burgos, y al Tribunal Superior de Justicia en Madrid.