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El veredicto absolvió la semana pasa a los dos acusados, por no encontrar pruebas concluyentes

El jurado popular no vio un móvil claro que explicase el homicidio de Molina

Tampoco creyó la versión de la policía sobre la forma en la que apareció el arma y si fue la que se usó

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D. López - león
León

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El jurado popular que declaró el pasado viernes no culpables a los dos acusados por el homicidio de Jesús Molina, ocurrido en septiembre del 2.001, consideró que no existía un móvil concreto para que los imputados tomaran la decisión de acabar con la vida de la víctima y que no hay pruebas fehacientes de que el arma presentada por la policía fuera realmente la que se usó para cometer el crimen. Así consta en la sentencia que ayer entregó a las partes implicadas el magistrado presidente del tribunal, que en el apartado de los fundamentos jurídicos del documento, explica los diferentes razonamientos que llevaron al jurado a aconsejar que se les absolviera. El juicio se celebró la semana pasada, con cuatro días de vista oral de lunes a jueves y casi quince horas de deliberaciones posteriores el viernes. El camarero y el portero de un club nocturno de León, habían sido acusados de dar muerte a un joven leonés, que abandonó el establecimiento en cuestión en compañía de los imputados, para dirigirse a otro local de características similares en Villadangos del Páramo. En el texto de la sentencia, se consideran hechos probados que la víctima y un amigo entraron en el club de la barriada leonesa hacia las 18.00 horas, que sobre las 22.00 Molina se quedó solo, hasta que a las 22.30 se fue del establecimiento, y salió junto a los acusados, que no quisieron llevarle a otro negocio de alterne como solicitaba, sino que se fueron los tres al de Villadangos. También se entiende probado que el vehículo en el que se desplazaron era propiedad de la esposa del camarero y que estacionaron en una zona posterior del night club de escasa visibilidad. El escrito refleja que el fallecido estaba decaído y nervioso aquel día, y que tenía antecedentes penales por participar en diversas reyertas. La película de los hechos El relato de los hechos refleja que, a la salida del segundo club, se produjo una discusión por dinero, en la que uno de los acusados propinó un empujón a Molina, que cayó al suelo y esgrimió entonces una pistola con la que le apuntó. El otro acusado, entonces, forcejeó con la víctima para evitar que disparase a su compañero, produciéndose entonces la muerte del finado, cuyo cadáver se introdujo en el maletero del vehículo y fue abandonado en un vertedero próximo, tapado con ramas y sacos. De regreso Posteriormente, los acusados volvieron a la barra americana en la que trabajaban y hacia las 00.45 horas, regresaron al club cuyos aledaños se había producido la muerte de la víctima, de donde salieron con varios amigos a tomar copas en varios establecimientos de la provincia. Se entiende que la pistola que se presentó en el juicio como el arma del homicidio no es legal y que funcionaba perfectamente en el momento en que fue encontrada, si bien es un arma prohibida. Del mismo modo, se especifica como hechos probados que el cadáver pudo ser encontrado gracias a los datos que aportó el camarero sobre el que se imputaban los hechos y que, del esqueleto, solamente aparecieron dos fragmentos de la tibia y uno del peroné. Los datos aparecen recogidos en los fundamentos jurídicos de la sentencia, que se notificó ayer a las partes para dar constancia del pronunciamiento del Magistrado-Presidente.

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