Un día sin coche pero con atascos

El Día Europeo Sin Coche, que se celebra cada año el 22 de septiembre, sembró el caos ayer en la ciudad de León. A primeras horas de la mañana, las calles Padre Isla e Independencia amanecían con el carril bici previsto aunque poco les duraba ya que algunos conductores se dedicaron a tirar los conos al suelo. Las grúas municipales, como que fuesen en procesión, salían en fila india hacia las calles que se iban a restringir al tráfico. Los vecinos de la calle La Torre se despertaban indignados viendo como la grúa no les daba tiempo ni a caerse de la cama y retiraban sus vehículos. Los transportistas que trabajan cada día recorriendo los comercios de la ciudad sufrieron atascos incesantes durante toda la mañana. Por otra parte, algunas de las calles que se iban a cortar estuvieron abiertas durante todo el día y otras fueron cerradas sin previo aviso -y con el desconocimiento de la concejala de Medio Ambiente-. Los viandantes se mostraban encantados con la iniciativa, sobre todo las personas mayores que podían pasear por el Ordoño de hace un siglo, sin coches, ni ruidos, ni problemas para cruzar. Otro tema es la gente que venía de las afueras de León y necesitaban trasladarse en su vehículo particular para llegar a sus trabajos. «Esto es increíble, no se puede colapsar así una ciudad por algo que no sirve de nada», aseguraba un conductor que llevaba más de quince minutos en la plaza de la Inmaculada. Y como él cientos de personas que o bien entraban o bien salían de la ciudad. Todos coincidían en una cosa: «¿Quién se acuerda mañana de esto?». Por su parte, la concejala de Medio Ambiente del Ayuntamiento de León, Covadonga Soto, aseguró que los leoneses se mostraban muy satisfechos con la iniciativa según los datos provisionales de la encuesta que se realizó a pie de calle.